Con sinceridad puedo decir que jamás destaqué ni por mi capacidad de oratoria ni por mi capacidad al escribir. Durante mucho tiempo pensé que para lograr algo en esas áreas debíamos de disponer de talento. Pero el tiempo me ha demostrado que hay algo mucho más poderoso que lo que nos regala la genética y es la perseverancia. Y eso es precisamente, lo que me llevó a mejorar mis capacidades como orador y como escritor, unido a la pasión que siento por ello, pues son dos actividades que me hacen disfrutar. Esta suma de pasión y perseverancia es lo que Angela Lee Duckworth llama Grit. Cuando lo leí en su libro, me sentí identificado y también reflexioné sobre que, en muchas ocasiones, es necesario algo de perseverancia para encontrar la pasión. Gracias a todo ello, con el tiempo, llegan las recompensas como la de esta semana. Amazon nos informa que LIDÉRATE ha alcanzado recientemente el número 30 de ventas en libros de economía y empresa. Después de un año en el mercado, jamás podíamos imaginar estas buenas noticias. ¡Millones de gracias por vuestro apoyo!
Archivos del Autor: Agustín Peralt
Conciliar supone encontrar un equilibrio entre la vida personal y profesional cumpliendo así los objetivos que nos trazamos en ambas áreas. Se trata de avanzar en tus retos profesionales mientras no descuidas la atención y el tiempo necesarios que requieren tus hijos, tu pareja o tus aficiones. Para entender por qué nos sigue costando conciliar, es bueno que nos hagamos algunas preguntas fundamentales como: ¿qué asignatura hemos recibido en el colegio o en la universidad que nos enseñe a conciliar? ¿qué proceso interno reglado hemos aprendido en las organizaciones que facilite el conciliar, más allá de técnicas de relajación ante momentos de mucho estrés? Nos encontramos en un momento, donde este objetivo no solo se ha convertido en prioritario para la mayoría de profesionales sino también para la mayoría de empleadores. Todas las organizaciones quieren fidelizar a su talento y saben que uno de los elementos claves para lograrlo, y que además adquiera mayor compromiso con la organización, es que los trabajadores puedan mantener una vida equilibrada entre lo profesional y lo personal. Un estudio de la Universidad de Boston considera que dada la gran complejidad y exigencia profesional actual, mantener ese equilibrio es el reto más importante. Desde mi posición profesional, donde puedo observar muchas organizaciones cada año, intento analizar las distintas formas que tanto las empresas como las personas están llevando a cabo. «LAS ORGANIZACIONES QUIEREN FIDELIZAR A SU TALENTO Y SABEN QUE UNO DE LOS ELEMENTOS CLAVES PARA LOGRARLO, ES QUE LOS TRABAJADORES PUEDAN MANTENER UNA VIDA EQUILIBRADA ENTRE LO PROFESIONAL Y LO PERSONAL» En primer lugar, a las organizaciones las podríamos clasificar en tres grupos. Un primer grupo al que podríamos denominar ‘retrasadas’, empresas que todavía permanecen ajenas a estas políticas e incluso valoran que sus empleados hagan el mayor número de horas posibles. Un segundo grupo que serían las ‘concienciadas’, éstas han empezado a tomar una serie de medidas para facilitar la conciliación, desde horarios flexibles a seminarios y formación en técnicas de mindfulness, relajación y nutrición. El tercer grupo lo forman las ‘avanzadas’, en este tipo de organizaciones además de realizar acciones como las del grupo anterior, consideran que deben hacer un esfuerzo adicional para hacer más eficientes los procesos internos, logrando un ahorro de tiempo –como trabajar un día desde casa, flexwork– y a su vez ayudando a sus empleados a que aprendan a ser más productivos. En segundo lugar tenemos a los diferentes tipos de profesionales. Están los que se quejan de la dificultad pero no hacen nada, desde su posición esperan y afirman que “esto lo deben facilitar las empresas” y esperan que así se solucione. El siguiente grupo sería los que han llegado a un estado insostenible: madres o padres que además de liderar su trabajo, lideran familias con momentos complejos y encima consideran que están fallando en una de los dos ámbitos o incluso en los dos. Estos son profesionales que por la complejidad de su trabajo unido a su poca capacidad organizativa, están sumidos en el caos de 12 horas diarias de trabajo. En ambos casos les ha llevado todo a un nivel de estrés y desequilibro alarmante, saben que tienen que actuar cuanto antes. Por último están los proactivos, aquellos que sin tener problemas graves ni situaciones límites, desean desarrollar la habilidad de conciliar. Para ello, están dispuestos a aprender lo que funciona pues reconocen que esto es un responsabilidad de ambas partes, empresa y trabajador, donde cada uno tiene que hacer un esfuerzo. Y en última posición y fuera de clasificación estarían los millenials, una generación que tiene asumido que lo de conciliar es innegociable. «NO SE TRATA DE TRABAJAR MUCHAS HORAS SINO DE TRABAJAR CON PRODUCTIVIDAD E INTELIGENCIA» Entonces, ¿qué es realmente lo que se debe hacer desde ambas posiciones? Las personas debemos asumir esta responsabilidad individual de ser productivas e invertir la disciplina y el esfuerzo inicial que supone. Un esfuerzo que requiere eliminar muchos malos hábitos como la consulta compulsiva del mail o perder tiempo con el WhatsApp. Y así podríamos enumerar excesivos malos hábitos y robatiempos que cuando los sumamos suponen esas horas que siempre parece que nos falten. En definitiva, tanto los profesionales como las organizaciones, si quieren conciliar se lo tienen que ganar, deberán trazar un camino de esfuerzo en ambas direcciones que requerirá de un tiempo. Por último, creo que debemos evitar los tópicos y dejar de infravalorarnos frente a nuestros socios europeos, lo cual no quita que nos fijemos en los holandeses y otros países del norte de Europa donde han logrado el gran milagro de conciliar y ser punteros económicamente, con un PIB envidiable y una media de horas de trabajo semanal muy inferior a los países del sur. No se trata de trabajar muchas horas sino de trabajar con productividad e inteligencia. Agustín Peralt, COLABORADOR ACADÉMICO en ESADE, es mentor de directivos y autor de ‘Lidérate’ Noticia publicada por el diario Valencia Plaza el 23/03/2018 Como coach ejecutivo, hablo sobre temas de gran importancia en el entorno de trabajo, como sobre cómo liderar equipos de trabajo desde la distancia.
Para seguir leyendo descárgate aquÍ el PDF de “Consejos para reuniones efectivas“
El correo electrónico que en un principio supuso un gran avance para los profesionales, con el tiempo, se ha convertido en una queja constante. La saturación de e-mails nos lleva con frecuencia a cierto caos o sensación de stress y ansiedad por el tiempo necesario para gestionarlo. Y como la mayoría de temas complejos, lo primero que debemos de aceptar es que debemos introducir cambios y sobre todo, debemos de invertir algo de tiempo en probar e implantar ideas de mejora. Pincha en el LINK para descargar el PDF de «Consejos para la correctagestión del e-mail»
Son muchos los momentos del año, donde nos encontramos con la necesidad de saber si realmente estamos haciendo lo que debemos para poder ser efectivos, y lograr el deseado equilibro entre lo personal y lo profesional . Y en esos momentos, nos llenamos de lógicas intenciones. Y esas intenciones tienen que pasar a acciones reales. Y esas acciones, con la repetición, deben convertirse en hábitos. Y será en ese momento preciso, cuando nuestra forma natural de trabajo, nos lleve a ser realmente efectivos Empecemos por chequearnos en las «10 claves del manager super efectivo basadas en el MÉTODO FASE». Puedes descargártelo en este –> link Además, si deseas profundizar, recuerda que tienes el libro LIDÉRATE de Agustín Peralt donde podrás conocer la metodología paso a paso disponible en este –> link
Lidérate describe el Método FASE, creado por Agustín Peralt, con el que centenares de personas han conseguido ser más eficientes y efectivos en su trabajo, disponiendo de más tiempo libre para su familia y amigos. Muchos profesionales se han reinventado en los últimos tiempos, ¿tú viviste algo parecido en 2012, verdad? Efectivamente, fue un momento difícil donde se juntaron diversos problemas personales y profesionales. Para salir de todo ello me di cuenta de que era fundamental organizarme y saber distribuir bien mi tiempo y mi energía. Y así creé mi propia metodología que poco a poco he ido perfeccionando y ahora queda plasmada en este libro, Lidérate. ¿Está destinado a todo tipo de público o a ejecutivos y directivos? Por fortuna, para todo el mundo. Como se ve en los testimoniales del libro, he tenido la suerte de poder aplicar esta metodología desde cocineros con tres estrellas Michelin a directivos de empresa o profesionales tipo abogados, arquitectos, etc. También hay un público muy agradecido, las madres de niños pequeños que además trabajan fuera y tienen que liderar en doble medida: una casa y su trabajo. Todos tenemos objetivos que queremos cumplir y todos caemos en la trampa de decir que no tenemos tiempo. ¿Cómo se puede tener tiempo para todo? Lo primero es aceptar que ser productivos depende en gran medida de nosotros mismos, no hemos de culpabilizar al entorno si no lo conseguimos. Lo segundo es realizar un esfuerzo inicial para lograrlo, que luego nos compensará con creces. Y lo tercero es asumir que se necesita una metodología para saber organizarnos. Dedicamos cientos de horas a aprender idiomas, nuevos softwares e incluso a manejar teléfonos u ordenadores de cierta complejidad y, realmente, no invertimos tiempo en disponer de un método de organización personal. Quizá sobra alguna hora de alguna materia en los colegios, institutos y universidades y falta alguna hora para estudiar sobre productividad personal. ¿Cómo crees que nos relacionamos con las nuevas tecnologías? El problema es la adicción que genera la tecnología. Se supone que debería ayudar a tener un mayor equilibrio entre vida personal y profesional aportando fórmulas de flexibilidad, pero en muchos casos provoca estar contestando mails en horarios de vida familiar sin la desconexión necesaria. Además, nos lleva a una multitarea continua que vemos como normal: contestamos un mail, leemos un WhatsApp, hablamos con alguien, volvemos a ver el mail. Muchas personas se pasan más del 60% de su jornada contestando mails y WhatsApp mientras se convencen de que el problema reside en que reciben muchos. El verdadero problema es que no hemos sido capaces de introducir ningún método de trabajo en relación a esto. Trabajar con el piloto automático y dedicar tu día a contestar mails y acudir a reuniones es, a corto plazo, cómodo, pero, a largo plazo, conlleva esa sensación de haber trabajado muchas horas sin haber hecho realmente nada de cierta entidad, quedando además exhausto ya que, fisiológicamente, la multitarea resulta agotadora. Si queremos ser más productivos, ¿es necesario apagar el móvil? Muchos dirán que también es una herramienta de trabajo… Para ser estricto hay que desconectar el teléfono y dejarlo a cierta distancia, además hay que tener la tranquilidad de que en 45 minutos no se va a acabar el mundo, porque si no no podríamos coger un avión. Y además del ordenador hay que eliminar o capar los avisos de los mails, porque nos hacen estar pendiente y perdemos la concentración, recomiendo quitarnos el wifi un rato. Por tu experiencia profesional como mentor en grandes multinacionales, ¿qué cualidades crees que valoran las empresas en sus empleados? Las empresas son conscientes de que todo va a una gran velocidad y esto requiere una gran orientación al cambio por parte de sus empleados y una responsabilidad individual. Por ello, el autoliderazgo va a ser una de las competencias más demandadas por las organizaciones en los próximos años. Pero todo esto tiene unas claves, unos métodos. ¿no? Sí. De hecho, empecé a escribir el libro cuando comprobé que la metodología funcionaba con clientes míos, empresarios y directivos. Lo primero y fundamental es saber que no gestionamos tiempo, gestionamos energía. Porque cuando cae tu energía tus horas de trabajo son menos productivas, por ello hay que mantener un nivel de energía óptimo durante el día para rendir en el trabajo. Debemos cuidar la energía física durmiendo bien, alimentándonos correctamente y haciendo deporte y a partir de ahí con fuerza de voluntad, disciplina y planificación lograremos cumplir nuestros objetivos. Link al articulo de Libertad Digital aquí
Salario emocional versus salario monetario: un equilibrio necesario by Agustín Peralt En un momento como el actual donde el mercado laboral, como el de la vivienda, empieza a dar claros signos de recuperación, la fidelización del talento está entre las prioridades de muchos comités de dirección como uno de los temas clave al que deben dedicarle tiempo y recursos. En España las multinacionales llevan tiempo trabajando en esta dirección, influenciadas por sus matrices o filiales en países donde la fuga de talento ya era una realidad. En las empresas nacionales, por el contrario e influidas probablemente por la apatía del mercado laboral en estos últimos años, poco o nada se ha hecho en este sentido. Ha tenido que animarse el mercado de trabajo y las contrataciones, con la correspondiente fuga de talento de unas empresas a otras, para que los directores de RRHH logren captar la atención de sus colegas y sus directores generales sobre la necesidad de actuar de manera proactiva en este ámbito. Y así muchas han iniciado su camino en prácticas relacionadas con esta fidelización, como son los llamados salarios emocionales o las políticas de acompañamiento para las personas con alto potencial. Las empresas que deseen avanzar en este concepto deben, en primer lugar, entender la gran diferencia que existe entre el salario monetario y el salario emocional, pues las decisiones de cambio obedecen a un análisis tanto de la retribución como de esos otros aspectos no monetarios. En relación al salario emocional se están introduciendo grandes avances, algunos relativos a formas de trabajo más flexibles como abandonar el presencialismo y valorar a las personas realmente por la consecución de sus objetivos. Cada vez más, aspectos como flexibilidad horaria, planes de carrera, beneficios sociales, etc. son considerados en el mismo rango de importancia que el salario. Debemos fijarnos en esos aspectos que aparecen como más influyentes en la motivación y el compromiso de los empleados: autonomía, conciliación, crecimiento profesional o buen ambiente de trabajo. Obviamente, el salario monetario siempre seguirá siendo uno de los factores relevantes pero deben existir una serie de retribuciones emocionales necesarias. Un elemento clave en este proceso son las nuevas generaciones, para los millenials estas retribuciones emocionales ganan importancia. Para ellos la pregunta sobre la conciliación o sobre la posibilidad de cambiar de puesto cada cierto tiempo son más frecuentes que sobre la propia retribución, algo que era inusual en sus entrevistadores o jefes. Pese a todo, hoy en día aún encuentro a directivos que piensan que la fuga de talento se puede solventar en cualquier momento y a golpe de talonario; y también a quienes ignoran las lógicas subidas de salario justificando su cuidado por los aspectos emocionales de sus empleados. En nuestro país un gran porcentaje de empresas son pequeñas/medianas y familiares, lo cual les otorga una mayor agilidad y capacidad de adaptación respecto a otras con más burocracia interna. Para ello es fundamental que los directivos de este tipo de compañías sean conscientes de que hay un cambio de modelo y ello implica sistematizar nuevas prácticas y mejorar el grado de confianza hacia los empleados en relación a aspectos como el presencialismo. Simon Sinek recuerda, en su gran libro Why leaders eat last, que los buenos líderes deberán invertir tiempo para mejorar su empatía y perspectiva en relación a sus equipos. Por último, recordar que todo esto será inútil si no somos capaces de mejorar y cuidar el liderazgo de aquellas personas que tienen equipos a su cargo, porque el primer factor de abandono de un proyecto no es el salario, sino un jefe que no consideramos idóneo para nuestro proyecto o para nuestra felicidad laboral. Todos aspiramos a ser felices en el trabajo. Salario emocional versus salario monetario: un equilibrio necesario by Agustín Peralt
Las cifras sobre uso del móvil y la adicción al mismo siguen creciendo sin parar y de manera cada vez más preocupante. Los últimos datos pueden resultar para algunos aterradores. Hackernoon ha recopilado todos los estudios realizados en el año 2017 [Nielsen, Emarketer, ComSo, etc.] sacando las conclusión de que pasamos una media de 4 horas al día de teléfono; y con una población adulta que arroja cifras de penetración muy cercanas al 100% en posesión de un móvil. Por otra parte, Oracle Marketing Cloud, en su investigación más reciente concluyó que las personas consultamos una media de 150 veces al día el móvil o lo que es lo mismo cada 10 minutos. Los británicos ya le han puesto nombre a lo que consideran un gran problema, muy extendido: NOMOFOBIA [no-mobile-phone-phobia], algo así como un miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. Y será probablemente por eso por lo que han surgido iniciativas como la de declarar el 15 de abril Día Internacional Sin Móvil. El reputado Simon Sinek y autor del best seller Start with Why, dice que él apuesta por la tecnología que nos ofrecen los móviles, pero con un necesario equilibrio. Un equilibrio que no siempre es fácil de conseguir por la adicción a la dopamina que nos genera su uso. Comparto con él esa reflexión, ya que desde la posición privilegiada de poder observar y conocer cientos de profesionales cada año gracias a mi trabajo como formador y mentor en empresas no veo equilibrio en casi ningún caso, más bien lo contrario. La realidad es que la mayoría de mis clientes hacen un uso abusivo del móvil y además, no son consciente de ello hasta que les provocas una serie de ejercicios de autoobservación durante 15 días. Es importante aclarar que no nos tememos que convertir en monjes tibetanos y olvidarnos del uso de la tecnología, sino que tenemos que diseñar un modelo con reglas de uso de los teléfonos para salirnos de esa adicción y dependencia tan negativo que existe. Con el objetivo de lograrlo, vamos a proponer seis consejos que cada uno debe adaptar a su propia realidad: 1.- Elimina las notificaciones y vibraciones pues de otra manera estarás continuamente interrumpiendo tu trabajo y despertando la curiosidad del sistema límbico –emocional– frente al córtex prefrontal –razón–. 2.- Sistematiza tus horas de consulta del mail, WhatsApp e incluso de navegar por internet. Existen diversas formulas que cada uno debe elegir según su trabajo: cada hora en punto, dos veces por la mañana, dos por la tarde. 3.- Decide que momentos del día vas a aislarte al 100 % del móvil con distancia de por medio, evitando tener la tentación a mano. Con ello, logras bloques de tiempo para atención plena. 4.- No consultes el móvil desde la cama e incluso intenta no consultarlo una hora antes para evitar empeorar la calidad de tu sueño. Existen alternativas mucho mejores como leer un libro. 5.- Evita el acceso de manera directa a muchas aplicaciones que detectes son robatiempos y malos hábitos a evitar así como redes sociales. 6.- Ante temas de mayor importancia, activa el mecanismo de excepción que todos los Smartphone permiten como que el teléfono sólo suene cuando te llaman determinados móviles. Estas nuevas formas de uso del móvil, facilitan comunicarte con las personas que tienes relación por lo que te recomiendo que les hagas partícipes de las mismas para que conozcan como tienen que localizarte a partir de ahora, pues la inmediatez a la que estaban acostumbrados debería desaparecer. No tengas miedo porque la gente las respeta y las entiende, además no supone un perjuicio a la visión personal y profesional de tu persona. Y por ultimo, insistir en cambiar una creencia muy extendida: no nos falta tiempo, nos sobran distracciones. Y sin un control sobre el móvil, no seremos capaz de desligarnos de muchas de ellas. * Agustín Peralt, MBA en ESADE, mentor de directivos y autor del ‘Lidérate’ Link al articulo de El Mundo aquí
En mi opinión, la verdadera conciliación es alcanzar un estado emocional donde prevalezca una sensación de control y equilibrio, frente al estrés crónico que provoca el no llegar a todo y no cumplir en el trabajo y con la familia. Pero ¿quién nos ha enseñado a planificar y saber convivir con esa doble responsabilidad? ¿qué asignatura o formación hemos recibido para ello? En la mayoría de casos las respuestas a estas preguntas son negativas. Una forma interesante de aprender es desde el sentido común y la imitación de lo que vemos, por ello vamos a repasar una serie de consejos que nos ayudarán a conciliar. La experiencia ya nos ha demostrado que no es cuestión de tener más horas sino de planificar y hacer las cosas con un método que facilite la consecución de los objetivos. 1. Planifica tu semana por escrito los domingos Los domingos durante una hora -intenta que siempre sea la misma-, siéntate y señala los objetivos prioritarios no sólo a nivel laboral sino también a nivel personal, asignando tareas a cada día de la semana e incluso en los horarios concretos que podrás abordarlos. Por ejemplo, «el lunes a las 13 horas acabar el informe que debo entregar el viernes» o «martes a las 10:30 preparar reunión comité de dirección». Si intentamos recordar o memorizar todas las tareas a realizar acabamos con un estrés superior que cuando las tenemos anotadas por escrito. Como bien dice David Allen: «la mente no está para recordar las cosas sino para tomar decisiones». Focalízate cada día en lograr atacar esos dos/tres objetivos. El valor de la frecuencia y consistencia en el tiempo es fundamental y la sensación de logro diaria es altamente motivadora. Generamos unas endorfinas que compensan el cortisol causado por el estrés. 2. Practica deporte con regularidad El deporte no sólo mejora la energía física sino también nos ayuda en ese equilibrio emocional tan necesario. Organízate y planifica los días que puedas practicarlo y no caigas en la trampa de pensar que no tienes tiempo. Con 15 minutos diarios o 3 días intensos a la semana es suficiente. Como siempre, si lo agendas lo harás. Y facilita que el momento y el lugar para hacerlo minimicen las posibilidades de no cumplir, márcate un objetivo realizable. Haz click en el AQUÍ para seguir leyendo
Artículo publicado en el Faro de Vigo sobre productividad. Así lo aseguró ayer Agustín Peralt, doctor en Administración y Dirección de Empresas, profesor universitario y autor de «Lidérate» (Plataforma Editorial), donde explica su método FASE, para ser más eficientes en el trabajo y llegar al final del día con más energía. «El equilibrio entre la vida personal y profesional es algo innegociable«, aseveró el invitado del Club FARO, a quien presentó Elba Pedrosa, consultora y delegada en Galicia de la Fundación Creativación. Pero para lograr esta meta, es preciso ser eficiente y eficaz, es decir, hacer las cosas de manera correcta sin desperdiciar tiempo, aprovechando cada minuto sin distracciones, y pone atención en lo que realmente es importante para lograr los resultados esperados. Según Agustín Peralt, quien consigue mejorar su productividad, organizando el tiempo de forma óptima, invierte menos tiempo en hacer las mismas cosas y logra ser más feliz. El problema es que no sabemos cómo ser productivos porque es algo que no se enseña en las escuelas. «Hay que hacer un llamamiento para que, al igual que la inteligencia emocional, hoy es una realidad en las instituciones educativas, enseñemos a nuestros hijos a ser productivos«, aseveró Agustín Peralt, que matizó que no gestionamos tiempo, sino energía. Por ello, es importante aprender a «recargarnos» a lo largo del día para que el trabajo no nos impida disfrutar de nuestra vida personal. Agustín Peralt aseguró que una de las claves de la productividad es evitar las distracciones. Sin embargo, son numerosos elementos en el día a día que distraen nuestra atención, como estar constantemente pendientes del email, el WhatsApp y las redes sociales. «Las tecnologías vinieron para ayudarnos, pero vivimos en un mundo superconectado que nos aleja de las cosas realmente importantes«, afirmó el experto, con más de quince años de experiencia directiva en multinacionales. En este sentido, alertó de la cada vez más adicción a la tecnología y abogó por dejar aparcado el móvil en los momentos que se comparten con amigos y familiares. «No puedes pretender que tu hijo no esté pendiente del móvil si cuando estás jugando con él, andas pendiente de la pantalla del tuyo«, explicó. […] Si quieres leer el artículo completo pinche aquí: Artículo Faro de Vigo