En las últimas semanas del año que acabamos de despedir, he podido comprobar gracias a mi trabajo que algo está cambiando entre los profesionales de diferentes sectores, desde técnicos y mandos intermedios a directivos y profesionales liberales de diferentes ámbitos como la abogacía, la sanidad o la industria. Todos admiten que la falta de organización y planificación es una responsabilidad individual, motivada por su falta de efectividad más que por causas externas. Al mismo tiempo, todos reconocen que desean alcanzar más control, menos estrés y más resultados en su vida personal y profesional. Seamos realistas, para alcanzar esas metas no sólo debemos tener la sensibilidad y actitud necesarias, lo fundamental es nuestra acción efectiva. En consecuencia, la primera idea que propongo para 2020 es que solucionemos el pecado capital en la gestión del tiempo y la única forma de hacerlo es justamente dedicando más tiempo y esfuerzo a ello, debemos dedicar más tiempo a reflexionar sobre cómo nos organizamos. Si no lo hacemos así, aspirar a tener un nuevo año con más control, menos estrés y más resultados se quedará en puro voluntarismo y no alcanzaremos nuestros buenos propósitos. ¡A por ello!
Archivos del Autor: Agustín Peralt
Os propongo que aprendamos de lo que realmente ha ocurrido en el 2019 para poder construir un 2020 con más éxito, entendiendo por éxito lograr una vida profesional y personal equilibrada y satisfactoria. No podemos pretender planificar el nuevo año sin realizar antes este ejercicio, porque probablemente nos llevaría, aunque sea de manera inconsciente, a un 2020 sin grandes avances y con los mismos errores que el 2019. Y por supuesto, si este ha sido un año de grandes logros, debemos aprender sus claves del éxito y repetirlas. Ahora bien, podemos ser algo permisivos. Por ejemplo, es perdonable y lógico no alcanzar todo lo que nos hemos propuesto, pero debemos reflexionar por qué y las causas de ello. Así como los éxitos son doblemente positivos si aprendemos de sus claves para trasladarlos a objetivos y planes futuros. Reflexiona y escribe sobre: 1/ LOGROS del año y las claves del logro 2/ SEMIFRACASOS del año y la causa 3/ GRANDES APRENDIZAJES DEL AÑO ¡Anímate a invertir el tiempo necesario y realizar este ejercicio determinante para tu 2020!
-The Mckinsey Quarterly: How do you find a focus if you’re experimenting with everything? -TOM PETERS: Peter Drucker once said the number-one trait of an effective leader is that they do one thing at a time. Today’s technology tools give you great opportunities to do 73 things at a time or to at least delude yourself that you are. I see managers who look like 12-year-olds with attention deficit disorder, running around from one thing to the next, constantly barraged with information, constantly chasing the next shiny thing. The only thing on earth that never lies to you is your calendar. That’s why I’m a fanatic on the topic of time management. But when you use that term, people think, “Here’s an adult with a brain. And he’s teaching time management. Find something more important, please.” But something more important doesn’t exist. *Fuente: Fragmento de la entrevista realizada a Tom Peters en la publicación The Quartely del Grupo MCKINSEY En un momento como el actual, somos muchos los que compartimos las reflexiones que realiza Tom Peters en esta entrevista. Es por esto mismo por lo que consideramos que una de las competencias más determinantes en nuestro desarrollo profesional es la capacidad de organizarnos y ser realmente efectivos como profesionales, y también como líderes cuando ejercemos de ello. Y no sólo eso, será probablemente la que más nos ayudará a poder conciliar la vida personal y profesional sin remordimientos ni sensación de falta de control o resultados lo cual redundará, con total seguridad, en una mejora de nuestra felicidad personal. El concepto de organización personal y efectividad debe ampliarse más allá de lo que hemos venido entendiendo que es la gestión del tiempo, pues engloba conceptos como la gestión de la energía (capacidad de trabajo), el foco (la priorización) y la atención plena (capacidad de estar concentrados). Por último, no debemos de olvidar que una persona efectiva es aquella que ha logrado sistematizarse a través de una serie de hábitos diferenciadores que le permiten llevar esa vida organizada desde su piloto automático al margen de las posibles alteraciones que suelen ocurrir en nuestro día a día. Y recuerda, como bien dice Tom Peters: “Tu agenda nunca te miente. Lo que muestre tu agenda es una señal de a lo que realmente te dedicas” Y sin confundir que no se trata únicamente de aceptar en nuestra agenda aquello que es realmente importante y prioritario, sino de gestionarla de una manera proactiva, asegurándonos que todo lo importante tiene su sitio y además, con equilibrio. Y esta labor requiere invertir tiempo en ello, el mejor invertido posible.
Empezamos los lunes cargados de buenas intenciones y llegamos al final de la semana con la sensación de no haber logrado ni la mitad de lo planeado y con las reservas llenas… pero de cortisol, esa fatídica hormona del estrés que acaba afectando a nuestra estabilidad emocional y, en consecuencia, a la tan deseada conciliación y lo primero es lograr decir NO a 5 cosas que nos están quitando el tiempo. […] Seguir leyendo el artículo en UPPERS. Link > AQUÍ
Resilencia Efectiva. Existen diferentes definiciones del concepto de resiliencia. Pero probablemente, la más extendida es la que hace referencia a la capacidad de recuperase ante las adversidades, haciendo frente a circunstancias contrarias y logrando, además, un crecimiento personal gracias a la experiencia vivida. Actualmente este término, la Resiliencia Efectiva está muy presente y es muy utilizado a la hora de detallar las competencias más demandadas entre los profesionales. La razón es evidente. Actualmente los cambios se producen a una gran velocidad y cada vez es más frecuente que nos tengamos que enfrentar a circunstancias no esperadas y tantas veces desfavorables. Estos cambios del entorno, que para algunos pocos son tremendamente estimulantes, para una gran mayoría suponen un grave problema, se sienten sobre pasados y les generan altas dosis de estrés e incertidumbre. Resiliencia Efectiva Lo primero que debemos de hacer es acostumbrarnos a ver el cambio como algo normal, y entender que esta época de cambio continuo ha venido para quedarse. Lo segundo es actuar, porque la solución va a pasar, en muchos casos, por desarrollar el músculo de la resiliencia, ya que como cualquier otra competencia se puede desarrollar con antelación. Y lo tercero es, tener muy presente que a través de estos retos y adversidades se encuentra el verdadero crecimiento personal, así lo demuestra el término que la psicología positiva ha acuñado como ‘crecimiento post traumático’. Por mi propia experiencia y estudio, me atrevo a ampliar el término resiliencia para llevarlo más allá de la actitud, añadiendo la perspectiva del comportamiento y llegamos así a la Resiliencia Efectiva. Más que actitud, acción efectiva. Esto supone, no sólo prepararnos a nivel actitudinal sino también en el aprendizaje de aquellas capacidades y técnicas que nos permitirán hacer frente a este nuevo entorno en cambio continuo, sintiéndonos más motivados y con la energía adecuada durante el proceso. En definitiva, de la misma forma que no se nos ocurriría enfrentarnos a la proeza de acabar un maratón sin prepararnos ni entrenarnos, debemos de invertir en mejorar nuestra resiliencia, esta competencia que tan determinante puede ser no únicamente para nuestra vida laboral sino también personal. Y de esta manera lograremos la definición que más me gusta sobre la resiliencia efectiva: estar preparado para ser mejor cuando las cosas se ponen peor. INSCRIPCIONES a la conferencia en DESATA TU POTENCIAL > aquí
Leía recientemente una investigación (Journal of the Association for Consumer Research) sobre el efecto negativo que tiene sobre nuestras capacidades la mera presencia del teléfono móvil incluso en personas con un alto nivel de concentración. En este estudio, se comparaban dos grupos: un primer grupo que tenía el teléfono móvil alejado y un segundo grupo que lo tenía a la vista. La comparación de los resultados sobre la mayor capacidad cognitiva del grupo sin móvil es fácilmente imaginable. Pero lo más sorprendente es que el grupo con el móvil a la vista, lo tenía boca abajo y sin notificaciones, algo que en muchos casos pensamos que es la solución y esta investigación ha demostrado que es insuficiente. Además, si existe interacción con el teléfono, no es necesaria ninguna investigación para reconocer que nuestras capacidades se ven exponencialmente mermadas. Si a esto le añadimos una estadística reciente que muestra que España está entre los cinco países del mundo con mayor uso del teléfono móvil, podemos concluir que el tema de la tecnología en este país requiere de una profunda reflexión y toma de decisiones. Quizá por ello, han tenido tan buena acogida varias campañas publicitarias recientes que evidenciaban que hemos perdido el contacto con los más cercanos por acercarnos a ese mundo lejano o desconocido al que la tecnología nos da acceso. En definitiva, el tiempo pasa y nosotros seguimos dedicando excesivo tiempo a nuestros teléfonos móviles y todo lo que ello conlleva (navegar por internet sin rumbo, leer memes de grupos de WhatsApp sin control, contestar mails de manera compulsiva). Esto supone un perjuicio para dedicarnos, con más tiempo y de modo presencial, a lo más importante a nivel profesional y también a los que más apreciamos a nivel personal. En mi caso, tengo una posición privilegiada de observación por mi contacto diario en proyectos de mejora de la productividad directiva y profesional, por ello estas estadísticas no me sorprenden para nada. También es cierto que una gran mayoría de profesionales ha hecho un ejercicio de introspección y se reconoce como culpable. De esta forma, algunos ya no se atreven a decir eso de “no tengo tiempo”, porque poco a poco somos más conscientes de que lo tenemos, pero lo perdemos con mucha facilidad. Empiezo a ver a muchas personas cercanas con buenas intenciones, el problema es que pasar de las intenciones a las acciones y de las acciones al hábito de que dominemos la tecnología, no es tan sencillo como podemos creer. Así que propongo que nos paremos a pensar sobre cuál podría ser el objetivo más necesario para la gran mayoría de los profesionales, tal vez dominar a la tecnología frente a que ella domine nuestras vidas. Se trata como bien señala Carl Newport, de implantar una filosofía personal de reflexión continua sobre qué tecnología y qué comportamientos alrededor de ella son los que más valor aportan a nuestras vidas, es decir, un control de su influencia sobre nosotros puede mejorar mucho nuestras vidas. Un ejemplo comparable sería por el que algunas personas han pasado en relación a la televisión dejando de acostarse a las tantas por ver compulsivamente series o programas que garantizaban distracción y placer inmediato por sufrimiento al día siguiente por falta de descanso. Tomando medidas como evitar tener la televisión en la habitación. Ahora nos tocará hacer lo mismo con toda esa tecnología digital que al cabo del día suma muchas horas de distracción y multitarea continua. Deberemos ser intencionados sobre cuántas horas al día dedicamos y que malos hábitos nos provoca para plantear un plan corrector que nos permita dominarla. De la misma forma que cuando decidimos comer de manera sana o dejar de beber alcohol, para lo cual debemos reflexionar y poner límites para lograrlo. Nos atrevemos a proponeros un plan de acción sencillo, pero con mucho efecto: 1/ Obsérvate durante una semana y registra todos tus comportamientos relacionados con la tecnología que obedecen a compulsividad y falta de sistemática y rompen tu rutina de concentración o trabajo de calidad. Desde el mirar el mail excesivas veces al día hasta la consulta continua de WhatsApp personales. Ejemplo: veo en exceso WhatsApp de grupos personales lo cual me quita excesiva concentración durante el día; o contesto mails en reuniones lo cual me deja en mal lugar como profesional además de que afecta a mi atención en las mismas. 2/ Dedica otra semana a buscar posibles soluciones. No esperes que estas soluciones sean rápidas y sencillas, pero con total seguridad será un tiempo muy bien invertido. 3/ Ponlo en común con algún compañero/amigo y proponeros ideas y compromisos de mejora. 4/ Revisa mensualmente cómo vas mejorando. Por último, debemos poner sobre la mesa la problemática de las nuevas generaciones y el uso de la tecnología que tanto nos preocupa en nuestros equipos más juniors y también en nuestros propios hijos. Creo que ya va siendo hora de poner el foco sobre nosotros y liderar desde el ejemplo pues no podemos exigir algo en lo que nosotros tenemos mucho que mejorar. Para concluir, me atrevo a decir que la mejor decisión que puedes tomar en los próximos meses es lograr separarte del móvil en determinados momentos del día, llegando incluso a olvidar donde lo has dejado, así darás ejemplo y serás objeto de respeto a nivel profesional.
El mundo laboral viene con curva. Creo que no estoy descubriendo nada nuevo, pero muchas veces necesitamos un susto para actuar y activarnos, incluso debemos estar preparados para tomar decisiones que aun siendo coherentes conllevan cierto riesgo inicial. Lo he vivido en primera persona y lo veo a diario. ¿Jaulas de oro? ¿Excesivo estrés que no nos deja ver lo evidente? ¿Miedo a otras realidades? Como todo en la vida, ser previsor e invertir cierto tiempo puedo ser de mucha ayuda > Para seguir leyendo pincha aquí
¿Te enfrentarías a un maratón sin una preparación adecuada? Pues así, sin una metodología, es como pretendemos alcanzar el tan deseado equilibrio entre lo profesional y personal Siempre que conozco personalmente a alguien que ha cumplido un reto como correr un maratón o acabar un triatlón, tengo una sensación de admiración y curiosidad por cómo lo han logrado. Siempre les acribillo a preguntas y ahí es donde descubres el plan minucioso que se trazaron y cómo lo han llevado a cabo con disciplina férrea día a día, semana a semana, mes a mes hasta lograrlo. Posteriormente me viene el mismo pensamiento: si para correr un maratón nos preparamos concienzudamente, para alcanzar un equilibrio entre la vida personal y la profesional también deberemos prepararnos, entrenarnos y por encima de todo, disponer de una metodología. La realidad es que son cada vez más los que logran culminar un maratón . Somos un país que en esto ha avanzado y ha demostrado mucho en la última década. Por el contrario, no veo el mismo avance en cuanto a la planificación de la vida profesional y personal, para lograr un equilibrio adecuado. Seguimos aceptando que “esto es lo que hay”, y suplimos la falta de metodología de organización personal bajo distintos enfoques: trabajar más horas de las debidas, asumir más riesgos de los razonables o renunciar a cierto bienestar en diferentes ámbitos; todo ello siempre acaba teniendo un coste personal o profesional del que luego nos arrepentimos. ¿Cuánto tiempo más estamos dispuestos a seguir así? ¿cuánto nos estamos perdiendo por no disponer de un método personal de organización? Quizá es el momento de planteárnoslo como muchos otros retos que con el tiempo y con una sistemática hemos logrado alcanzar.
Esta quote puede resultar algo cómica, pero si nos paramos a pensar con la honestidad necesaria, quizá nos veamos representados. En relación a esta problemática, en el último post del mes de diciembre os invitamos a realizar un análisis sobre lo acontecido en el 2018 [ver artículo ‘Hazte un regalo a ti mismo’] para medir los avances, valorar lo que no se había logrado y de todo ello, sacar una serie de aprendizajes. Ahora nos llega el momento de fijarnos los objetivos para el 2019, máxime gracias al efecto impulsor que nos supone el sentimiento de culpa de tanto exceso navideño. La parte positiva es que gracias a la energía con la que volvemos de Navidad, solemos ser muy optimistas y ambiciosos en relación a los objetivos para el siguiente año. La parte negativa es que según los estudios, más del 80% abandonará la acción en el mes de febrero [US News Joseph Luciani]. Siempre hay una minoría que logrará ir alcanzado esos objetivos gracias a algo tan sencillo de entender, pero tan difícil de lograr, como es crear nuevos hábitos que nos vayan acercando hacia esos nuevos objetivos. “De intenciones a acciones. De acciones a Hábitos.” Muchos piensan que esto es exclusivamente un tema de fuerza de voluntad, una fuerza de voluntad que se puede ir desarrollando como ejercitamos un músculo en el gimnasio. Y como todo músculo, pues es algo que se va agotando. Por esto mismo, no debemos de olvidar algo que gracias a la investigación y a mi propia observación he comprobado sobre la importancia que llega a tener el control del entorno, muy superior en algunos casos a la fuerza de voluntad para crear nuevos hábitos. El cuándo, dónde, con quién y cómo vamos a llevar a cabo nuestros nuevos comportamientos debe estar reflexionado y establecido y así actuarán como activadores y facilitadores de que pasemos a la acción y de que esa acción se vaya convirtiendo en un hábito Y aún así, deberemos estar mentalmente muy preparados, pues cualquier cambio genera estrés, y ese estrés nos hace sabotear todas nuestras buenas intenciones. Por ello, saber ejercitar nuestra mente para saber llevar esas situaciones vuelve a ser clave. Jamás me cansaré de repetir que todo lo que sea reforzar nuestra energía emocional tiene un efecto en todas las áreas de nuestra vida, tanto personales como profesionales. Para empezar, os propongo una sería de preguntas iniciales: ¿Cuáles son tus objetivos para el 2019? Ejemplo: Perder 4 kg. ¿Qué procesos y tareas asociadas te vas a crear? Ejemplo: Ir al gimnasio 3 días (lunes miércoles y viernes) por semana y andar 10.000 pasos otros 2 días de la semana (sábado y domingo), además de controlar las cenas evitando carbohidratos y alcohol cero durante la semana ¿Qué control del entorno es clave para no fallar? Ejemplo: Ir al gimnasio al lado del trabajo al medio día con un compañero que siempre va. Hablar con mi paraje para obligarnos a cenar juntos todos los días y de manera sana ¿Qué medida vas a tener para valorar tus avances? Ejemplo: Los lunes por la mañana me pesaré y apuntaré el peso; los domingos revisión con check list sobre los días que he hecho deporte y los que no. Y después de estas primeras reflexiones del nuevo año, por último, 5 consejos fundamentales que pueden resumir lo que serían las claves del éxito para no aumentar las estadísticas con tanta derrota: 1.- Describe los objetivos por escrito y ponlos en un lugar visible (por ejemplo, escritorio del ordenador) 2.- Búscate amigos-compañeros con los que compartirlo y quedar una vez al mes para medir avances y adquirir compromisos (por ejemplo, apuntarte a inglés y ver avances con un compañero sobre ello además de presentarte a un examen oficial en unos meses) 3.- Ritualiza y traslada a hábitos que estén agendados, como si de una reunión se tratara (clase 3 días a la semana de 15h a 16h) 4.- Fíjate premios a medida que vayas logrando tus metas (por ejemplo, si logro avanzar un nivel me voy a Londres un fin de semana) 5.- No te saltes nunca la rutina fijada, aunque cumplas por menos tiempo. La frecuencia y repetición es clave para fijar el hábito (por ejemplo, aunque llegue tarde voy a la clase igualmente) Y por último dejaremos un esquema gráfico que nos puede ayudar a crear un círculo virtuoso y que 2019 sea el año donde cumplamos lo que nos propusimos, y, además, disfrutando del camino.
Acaba el año y en unos días estaremos inmersos en el inicio de uno nuevo. Un período en el que es recomendable fijarnos nuevos objetivos. Pero para ello, hay un paso previo que consiste en realizar un análisis sobre lo acontecido en el 2018, una revisión anual simple y sencilla [utilizaremos 3 preguntas/reflexiones que veréis más abajo y que en su momento me provocó una lectura del polifacético Chris Guillebeau]. Un análisis que debe ser por escrito, como siempre me gusta recordar, lo que no se escribe no existe. Un análisis que marca el último stop & think del año y que nos debe volver a recordar que nos paramos poco a pensar desde la distancia mientras pasamos cientos de horas contestando mails y WhatsApp de manera compulsiva. En estas navidades desde los medios de comunicación nos están recordando que somos adictos a la tecnología y que, por el contrario, no dedicamos tiempo a los que deberíamos y además de manera presencial. Os invito a que dentro de la revisión anual seáis críticos con vuestro uso de la tecnología sobre todo en la parte que afecta negativamente a vuestros principales objetivos, como seguro será lograr un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional. Y este es precisamente mi regalo de Navidad, el provocarte esta reflexión con papel y boli a estas 3 preguntas: 1/ A nivel profesional, ¿qué avances he logrado este año? 2/ ¿En qué aspectos creo que debería haber ido mejor? 3/ ¿Qué aprendizaje y enseñanzas me deja este año? Una vez realizado esto, y después de lograr una recarga necesaria durante las vacaciones, vendrá la reflexión sobre cuáles son los objetivos que me planteo para el 2019. Por fortuna, no me cansaré de repetir que «Dependemos de nosotros mismos». ¡Feliz Navidad!