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Archivos del Autor: Agustín Peralt

Las 3R que vienen

La polarización del mercado es total. De un lado, los más afortunados, sectores a los que el Covid19 les ha supuesto negocio, ventas, crecimiento y en algunos momentos hasta desborde en su actividad; me contaban el otro día el caso de una empresa dedicada a la desinfección de espacios que había trabajado más en los últimos 6 meses que en todo el año 2019 y su gerente no había descansado ni un solo día. Y en el otro extremo, los que desafortunadamente, sin haber cometido ningún error empresarial ni profesional, se han encontrado con que esta pandemia ha arrasado su mercado, ¡qué injusto y qué agotador está siendo! Reestructuraciones_ Todos los colectivos están intentando llevar esta situación de la mejor manera posible, pero irremediablemente en el 2021 llegarán cambios como los vividos en la pasada crisis de 2008. Reestructuraciones de plantilla, reestructuraciones financieras y principalmente reestructuraciones mentales. La realidad es que esto que ha pasado rompe cualquier esquema mental lógico. Empresarios de éxito que han estado reinvirtiendo sus beneficios se encuentran ahora que todas las inversiones y apuestas por crear empleo carecen de sentido en el mercado, al menos temporalmente, y esto empieza a ahogarles en todos los sentidos. Resiliencia_ Esta capacidad va a ser más necesaria que nunca, debemos ser mejor cuando las cosas se ponen peor, como personas y como organizaciones. Debemos ser capaces de aceptar la realidad y asumir nuestra responsabilidad individual intentando salir lo más fortalecidos posibles de esta situación. La consultora McKinsey dice que los dos factores que más influyeron en la pasada crisis para salir fortalecidos fueron la capacidad financiera y el trabajo con efectividad, o sea, hacer lo que tocaba de manera ágil y efectiva sin perder tiempo ni en lamentos ni en ineficiencias. Reinvención_ Por último, la reinvención es clave ante este nuevo escenario, muchas personas y empresas al ver como la pandemia ha venido para quedarse y cambiar nuestro modelo económico y social, están tomando decisiones. Organizaciones que tienen que diversificar con carácter de urgencia y pasarse a otro tipo de actividades, pues la suya o no volverá a ser como era o tardará demasiado tiempo en recuperarse. Organizaciones que no están sufriendo pero que han entendido que pueden venir otras circunstancias repentinas, y que deben empezar a diversificar su negocio de siempre tras observar lo que les ha pasado a otros. Y por supuesto, reinvenciones profesionales ya que en las crisis se dan situaciones injustas y grandes profesionales y grandes personas pierden su trabajo y les tocará reinventarse. Así que empecemos por reforzar nuestra resiliencia pues esto parece que va a durar más de lo que esperamos y la fortaleza mental va a ser determinante. Y luego, como siempre digo, papel y boli: estrategia, plan de acción y ejecución. La acción siempre lleva a la motivación, y ya puestos que sea una acción coherente pues si no lo es, acabaremos sin fuerza ni ánimo y con la pandemia en el ambiente.

¿Sube o baja la productividad al trabajar en remoto?

Entre marzo y julio de este atípico 2020 tuve la oportunidad de oír un mensaje aparentemente contradictorio, aunque con cierta lógica. Por una parte, en los primeros meses del confinamiento eran muchos los directivos que me señalaban que la productividad de sus equipos estaba aumentando, exceptuando el de esas personas que tenían situaciones familiares con hijos que les dificultaba el trabajar bajo el formato remoto. Al igual que nadie esperaba la capacidad y rapidez de las organizaciones para adaptarse a esta forma de trabajar, también nos sorprendió que la reacción de muchas personas ante la imposibilidad de salir de casa era trabajar sin descanso como si no existieran más actividades adicionales al estar todo el tiempo en casa. Y lógicamente ese se tradujo en más resultados, lo que no siempre significa más efectividad. Y por otra parte, en el comienzo del verano, esos mismos directivos me señalaban que estaban preocupados porque las ratios de productividad empezaban a dar señales de empeoramiento e incluso notaban una cierta relajación en sus equipos a pesar de que sin viajes y sin traslados muchos habían ganado tiempo y energía. Desde mi experiencia y con estos testimonios, si que me atrevo a pensar que tras el confinamiento, llegamos a un momento de saturación donde además fueron muchos los que se desplazaron a segundas residencias. Y en ese entorno más vacacional, sí que existía competencia de actividades a llevar a cabo frente a simplemente trabajar. Desde bajarse a la piscina con los hijos por la tarde hasta como me consta en algún caso, hacer tres horas de bicicleta por las mañanas. Aunque realmente ese no es el problema en relación a lograr los objetivos. Siempre me gusta recordar que esto no va de horas sino de trabajo efectivo. Además, las historias de doce horas diarias de manera sostenida en el tiempo suelen acabar mal. La verdadera clave está en que el  trabajo efectivo y la productividad está reñido con trabajar bajo una fórmula de trabajo anárquico y con muchos de los pecados en la organización personal consecuencia de la propia naturaleza del ser humano.  Trabajar de manera efectiva requiere muchas cosas: humildad de querer hacerlo; honestidad con uno mismo; y por supuesto, esfuerzo con acción consistente para cambiar hábitos muy arraigados. En este sentido, por fortuna son muchos los clientes que me señalan que el disponer de un método de productividad que además está compartido con sus equipos les está salvando. El esfuerzo que hicieron les ha sido más provechoso que nunca. Y por eso también me confiesan, que de otra manera estarían mucho más inquietos con lo que parece que va a seguir siendo una constante en los próximos meses. Ya es una realidad que por ahora no van a ser las organizaciones las que deciden de manera unilateral que modelo de trabajo implantan de manera definitiva: si el 100% presencial, si el 100% remoto o si fórmulas mixtas. Parece ser que estamos condenados a seguir indicaciones, entiendo que lógicas, de las autoridades competentes. Esto no me parece lo más preocupante de todo. Creo que nos debemos de preocupar más por si, desde que empezó todo esto, no hemos sido capaces de avanzar de manera proactiva y con un esfuerzo individual y organizacional, en cómo mejorar nuestra productividad adaptándola con esfuerzo y reflexión al entorno o las circunstancias que se den. Ya lo decían los estoicos cuando señalaban que nos debemos de centrar exclusivamente en aquello que está en nuestro control e influencia y olvidar el resto. Y, en definitiva, no dediquemos excesivo tiempo ni a la crítica ni a las elucubraciones de temas sobre la pandemia que nadie puede saber y menos los que no nos dedicamos a ello. Sustituyamos las horas de lamentos y crítica por horas para incorporar un método que nos ayude a alinear prioridades, a saber priorizar a nivel individual, a recuperar el trabajo con atención plena de calidad, a saber decir que no de manera asertiva y, sobre todo, a poder aspirar a conciliar con sensación de control y sin estrés ni sentimiento de culpa en ningún sentido. Por mi parte, en el intento de aportar algo a la vuelta al trabajo, simplemente recordaros algunas claves del trabajo en remoto e invitaros a que entre todos mantengamos la productividad lo más elevada posible. Pincha para leer las CLAVES TRABAJO EN REMOTO PD:  Millones de gracias por seguir confiando en  LIDÉRATE “ + control, – stress, + resultados” que este verano se ha colocado nº 1 en ventas libros de empresa en Amazon

Mi gran sorpresa este verano

El 23 de julio recibí una de las mayores sorpresas del año cuando me llamó un amigo para decirme que LIDÉRATE estaba número 1º en Ventas AMAZON en la categoría de libros de Empresa. Y digo sorpresas, porque la mayor sorpresa es que yo en su momento escribiera un libro y que vaya por su 5ª edición. Jamás se me dio bien escribir. Realmente empecé a escribir artículos precisamente con el objetivo de cambiar y mejorar mi escritura. Pero como bien dice James Clear: “True behavior change is identity change. You might start a habit because of motivation, but the only reason you’ll stick with one is that it becomes part of your identity.” Y realmente hoy me siento escritor y lo siento parte de mi identidad. Quise aprender a escribir. Luego quise convertirme en un escritor. Luego lancé el libro sin jamás tener ni de lejos la expectativa de la acogida que ha tenido. Y, a día de hoy, sin ser muy consciente del proceso, me considero y actúo como un escritor que cada mes escribe un artículo buscando aportar valor a la vida laboral de los demás. Y además estoy escribiendo mi segundo libro cargado de ilusión. Lo mejor de todo es que con independencia de la acogida que tenga este segundo libro, el camino de escribirlo está siendo de disfrute, a pesar del esfuerzo que supone escribir cada día de 8:30 a 10:00 de la mañana. Nadie dice que las cosas son fáciles. Pero por encima de todo, lo que pocas veces recordamos es que precisamente la vida te recompensa cuando eres atrevido y actúas con perseverancia y consistencia. Millones de gracias por vuestro apoyo y feliz vuelta de verano.

Lo que más le cuesta a tu empresa

Hay un coste o incluso diría un despilfarro en las organizaciones, que está como escondido. Suele ocurrir que a pesar de tener el mejor equipo de controllers mundial o una política de contención del gasto bien implantada, nadie se para realmente a medirlo y valorarlo. De hecho, a pesar de haber pasado por programas lean con grandes consultoras para controlar los despilfarros, pocas veces se ha medido lo suficiente. Es un coste que muchos se han parado en algunos momentos a pensar en él pero que en pocas ocasiones se ha medido. Y en algunos casos, pero aún así no lo suficiente, se ha hecho algo por controlarlo por las múltiples quejas que se oyen en relación a ello. Por fortuna, el nuevo modelo en remoto ha mejorado el tiempo de retrasos en su comienzo pero aún así, queda mucho por mejorar. La otra buena noticia es que ha habido algún visionario que por fin ha creado una herramienta para poder medirlo de manera sencilla, pues introduces una serie de datos y puedes saber el coste de cada reunión al acabar la misma . Y además puedes medir el despilfarro de una manera bastante evidente por pura comparación entre lo logrado en la reunión y el coste de todas las personas que estaban en ella considerando su duración exacta. Ahora bien, como en todo coste que queremos atacar , deberíamos, en paralelo a medirlo, ir pensando en acciones que lo puedan minimizar. Te propongo  tomar decisiones que algunos avanzados ya están haciendo aprovechando  un momento como el actual  en el que hasta en esto hemos podido aprender : 1/ Analicemos todas las reuniones existentes y veamos cuáles se pueden evitar, en cuáles sobran asistentes y cuáles serán reuniones productivas. 2/ Mejoremos en todo aquello que suponga trabajo previo, procedimientos, normas y trabajo posterior para que el tiempo invertido en la misma  sea el menor posible con la mayor efectividad posible durante y a posteriori 3/ Asumamos nuestra responsabilidad individual  siendo capaces de aportar desde nuestra posición, sin caer en culpabilizar exclusivamente a la organización. Prepáralas como deberías, actúa con mucha madurez en las mismas, toma un rol equilibrado, evidencia cuando  la reunión no está siendo efectiva y propón soluciones. Y por encima de todo, asumamos la importancia real que tiene este tema pues en muchas ocasiones es como quemar dinero real a la velocidad del contador de esta página web que te muestro. Haz una prueba y mide el coste real de tu última experiencia. Pincha en este link > EXPENSIVEMEETING para comprobarlo rellenando los campos que te piden. Es sencilla, incluso al acabar cada reunión valora si el retorno de la inversión se ha justificado. Seguro que en muchos casos la respuesta es no. En nuestras manos está que sea que sí. PD: En otro post hablaremos del coste psicológico y el efecto desmotivador que tienen las reuniones no efectivas para así acabar de reconocer que no existe un despilfarro igual en las organizaciones.

CEOs más cerca de los suyos que nunca

Acabamos de vivir una situación excepcional donde son muchas las personas que con cierta sorpresa me confiesan que han logrado sacar experiencias muy positivas tanto a nivel personal como profesional; muchos se han descubierto con mayor capacidad de gestión de la adversidad de las que ellos mismos consideraban que poseían. Y lo mismo ha ocurrido en muchas organizaciones y empresas. Por una parte, porque no quedaba otra, se han vencido muchas resistencias al cambio y gracias a ello hemos avanzado en meses lo que hubiera costado años.  Y en paralelo a ello, en algunos casos incluso los equipos se han cohesionado más que nunca y hemos descubierto muchas cosas buenas de compañeros, jefes y colegas, paradójicamente nos hemos conocido un poco más. La situación que hemos vivido a raíz de la pandemia ha sido muy inesperada e incluso excesivamente adversa en algunos casos. Pero la adversidad no es nueva. Mi posición laboral actual de mentor y consultor de directivos me permite poder observar la vida de muchas personas de cerca. Y algo que aprecio cada día es que, tarde o temprano, todo el mundo acaba teniendo momentos de adversidad, y por desgracia, en ocasiones no vienen solos.  Es común observar en nuestro círculo cercano, circunstancias de elevada complejidad a nivel personal (enfermedades, rupturas de pareja, duelos) y a nivel profesional (pérdida del trabajo, dificultades económicas, reinvenciones profesionales complejas, problemas con tu superior). Cualquier persona, antes o después, en mayor o menor grado, se tendrá que enfrentar a problemas de diferente índole que la propia vida nos trae. Y al mismo tiempo, vivimos bajo elevados niveles de presión y cambio continuo con mayor rapidez que por desgaste acaba suponiendo una adversidad. Por ello resulta clave aprender a vivir con un mayor nivel de positivismo y de capacidad de ver ese cambio como algo normal y necesario. En consecuencia, junto con la capacidad de adaptarnos al cambio, la resiliencia ha pasado a ser una habilidad clave en la vida laboral en la que las empresas tendrán que desarrollar a sus empleados como se hizo con el liderazgo, el trabajo en equipo o la comunicación. Son muchas las organizaciones que ya están en ello, invirtiendo en ayudar a sus equipos a pasar esta situación de la mejor manera y a prepararlos para el futuro a través del desarrollo de la resiliencia. Por supuesto, con esfuerzos y acciones formativas de gran valor añadido que en circunstancias normales no habríamos ni considerado. Os pongo como ejemplo a la empresa PFS group, donde a una acción formativa se le da un valor añadido incalculable. Se trata de  la participación final de su CEO con la elaboración, post webinar sobre resiliencia,  de un píldora de comunicación adaptando la temática a su realidad ,con todo el valor que eso supone. Para poder ver la bondad de la acción pincha aquí  

Las 3 claves para sacar el máximo provecho a lo vivido y aprendido

“Trabajar desde casa ha ido mucho mejor de lo esperado” “El trabajo en remoto ha venido para quedarse” ¿Cuántas veces hemos oído estas frases en los últimos días? La verdad sea dicha, en estos últimos años, y con anterioridad al confinamiento, he podido comprobar en muchas ocasiones cosas positivas y negativas del trabajo en remoto. Lo positivo es que es una fórmula que bien combinada ofrece la oportunidad de sacar la máxima efectividad de las personas. Lo negativo es que la naturaleza del ser humano le puede llevar de manera inconsciente a un deterioro en su forma de trabajar en remoto, silencioso y progresivo, pero de consecuencias muy negativas. Ahora quizá nos cuesta pensar y ver factible este planteamiento negativo, si obviamos los que tenían que trabajar desde casa con tres hijos a su cuidado. Mucha gente, al estar en remoto, ha trabajado más horas que nunca porque además no existían casi actividades alternativas de lunes a domingo. Pero el mundo real volverá y de nuevo habrá muchas actividades que competirán con trabajar, y el deterioro puede llegar y repito, de manera silenciosa y progresiva. Además, esas actitudes en el trabajo de máxima cooperación, de trabajar más unidos que nunca y de una manera incondicional por los demás, también disminuirá y no todo será tan idílico en ese sentido. Algunos mientras leen estas reflexiones pueden entender el riesgo, aunque también entienden que como en casi todo, es una cuestión de tiempo y que las cosas se acabarán ajustando y arreglando, sacando lo mejor de la combinación futura de estas dos formas de trabajo. Es el pensamiento de que ya somos todos mayores y responsables para saber lo que hacemos: “las personas deben asumir su responsabilidad individual y ser realmente efectivos en ambos entornos para lo que no debe ser necesario intervenir con anterioridad”. Y esto es precisamente una decisión que considero arriesgada o al menos, una decisión que no aprovecha lo mucho que hemos vivido y aprendido y lo útil que nos puede resultar lo que se ha considerado como la mayor prueba experimental de trabajo en remoto. Por el contrario, las organizaciones y sus líderes deben promover tres acciones sencillas justo en este momento donde la vuelta a la normalidad empieza a dar sus primeros y tímidos pasos: 1/ Pensar en cuál será la combinación idónea remoto-presencial Si realmente buscamos la efectividad de cada posición, deberíamos hacer una reflexión doble. Primero, los condicionantes que influyen para poder desempeñar ese puesto de trabajo en remoto, algo que esta nueva situación ha demostrado que en la mayoría de los casos no suele presentar problemas. Y, en segundo lugar, buscar la combinación óptima según la personalidad de cada trabajador y sus circunstancias para lograr que mejore su efectividad y así su engagement. Por ejemplo, si una persona se ahorra dos horas al día en traslados, parece lógico que poder trabajar desde casa algunos días mejorará su nivel de energía física y emocional. 2/ Nuevas fórmulas de comunicación En muchos casos, esta época de confinamiento individual ha sido el momento de mayor contacto y comunicación interna de calidad. ¿Cómo es posible? Pues la tecnología ha ayudado mucho y, además, todos hemos sido mejores compañeros, líderes, etc.  en cuanto a la atención prestada a nuestros equipos, esto ha estado unido a una mayor voluntad por cooperar. Y aquí viene la invitación a que, sin prisa, pero sin pausa, reflexiones con papel y boli sobre todo ello, para sacar conclusiones y modificar el modelo pasado que se ha evidenciado tenía áreas de mejora. 3/ Descubrir y ajustar el nuevo modelo operativo es un proyecto en sí mismo Durante las próximas semanas o meses, el decidir el nuevo modelo operativo de trabajo debe ser un proyecto en sí mismo que requerirá reflexiones individuales y grupales cada cierto tiempo. Necesitará del clásico prueba-error para crear nuestro nuevo modelo operativo definitivo con unos temas comunes y algunos individuales. Ahora nos toca algo que parece una paradoja, dedicarnos tiempo para reflexionar y así luego ganar tiempo. Quizá sobran webinars y muestras de apoyo y necesitamos dedicar tiempo para definir este nuevo modelo operativo. La mejor enseñanza de todo esto probablemente sea que por fin hemos puesto en duda el concepto de presencialismo. El reto ahora es implantar modelos de reporting ágiles y continuos y claves del éxito, alineando objetivos, valorando avances, guiando y apoyando esa mejora, y entenderemos que lo de estar en la oficina durante un número de horas obligadas era un sinsentido. Porque tú y yo sabemos que lo que de verdad importa, confinados o no, es la efectividad y perseverancia real, que además redundarán en una conciliación como todos deseamos y merecemos. —— ¿Quieres mejorar tu efectividad en remoto? ¿Quieres mejorar en tu liderazgo de equipos en remoto?  He creado una serie de sesiones on-line para ello. ¡Mándame un mail a ap@agustinperalt.es !

RESILIENCIA EFECTIVA: Ser mejor cuando las cosas se ponen peor

Existen diferentes definiciones del concepto de resiliencia. Pero probablemente, la más extendida es la que hace referencia a la capacidad de recuperase ante las adversidades, haciendo frente a circunstancias contrarias y logrando, además, un crecimiento personal gracias a la experiencia vivida. Actualmente este término, está muy presente y es muy utilizado a la hora de detallar las competencias más demandadas entre los profesionales. Harvard, junto a muchas otras instituciones, repite que la resiliencia se ha convertido en la competencia más necesaria actualmente a nivel profesional. La razón es evidente. Los cambios se producen a una gran velocidad y cada vez es más frecuente que nos tengamos que enfrentar a circunstancias no esperadas y tantas veces desfavorables.  Además, recientemente, hemos pasado de hablar de la necesidad de que los profesionales se enfrenten a entornos VUCA o en continua transformación, a una situación extraordinaria que está afectando de manera contundente al estado emocional de las personas. Esta reciente crisis del coronavirus nos está llevando a vivir un momento único en la vida profesional y personal con efectos claros sobre nuestro estado de ánimo y forma de afrontar el futuro. Algunas situaciones personales de dificultad y temor a lo que vendrá, están provocando un nivel de ansiedad que aumenta día a día por el propio confinamiento y la falta de claridad sobre lo que esta crisis nos deparará.  Para muchas personas esto supone un grave problema, se sienten sobre pasados y les generan altas dosis de estrés e incertidumbre. El desarrollo de la Resiliencia Efectiva está en nuestras manos y depende de cada uno Así que no nos queda otra que actuar, porque la solución va a pasar, en muchos casos, por desarrollar el músculo de la resiliencia, ya que como cualquier otra competencia se puede (y se debe) desarrollar con antelación. Existe algo positivo a la hora de enfrentarnos a estas situaciones, pues detrás de estos retos y adversidades se encuentra el verdadero crecimiento personal, y así lo demuestra el término que la psicología positiva ha acuñado como ‘crecimiento post traumático’. Por mi propia experiencia y estudio, me atrevo a ampliar el término resiliencia para llevarlo más allá de la actitud, añadiendo la perspectiva del comportamiento y alcanzado así a la Resiliencia Efectiva. Más que actitud, acción efectiva. Esto supone, no sólo prepararnos a nivel actitudinal sino también en el aprendizaje de aquellas capacidades y técnicas que nos permitirán hacer frente a este nuevo entorno en cambio continuo, sintiéndonos más motivados y con la energía adecuada durante el proceso. En definitiva, de la misma forma que no se nos ocurriría enfrentarnos a la proeza de acabar un maratón sin prepararnos ni entrenarnos, debemos de invertir en mejorar nuestra resiliencia, esta competencia que tan determinante puede ser no únicamente para nuestra vida laboral, sino también personal. Y de esta manera lograremos la definición que más me gusta sobre la resiliencia efectiva: «Estar preparado para ser mejor cuando las cosas se ponen peor».   Si quieres saber más sobre mis WEBINARS ONLINE relacionadas con la RESILIENCIA EFECTIVA haz click aquí

Cómo liderar un grupo de trabajo desde la distancia

cómo liderar un grupo de trabajo desde la distancia

Bloomberg News ha denominado la situación que estamos viviendo como “el mayor experimento mundial de trabajo en remoto”. Durante esta semana, muchos me han confesado que trabajar desde la distancia no les está ocasionando ningún problema en cuanto a los temas que ellos mismos deben ejecutar. No obstante, el liderazgo o coordinación de sus equipos les está siendo mucho más complicado. Por ello, hoy vamos a ver cómo liderar un grupo de trabajo desde la distancia. No debemos de olvidar que, si el liderazgo es complejo de por si, cuando el equipo está deslocalizado y además cada uno en un lugar distinto (en esta situación sus propias casas) lógicamente se hace más difícil. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las bases de lo que supone liderar son las mismas, sea en remoto o presencial. Lo que, si que parece lógico, es que, en estas primeras semanas deslocalizados, debemos llevar a cabo un sobre esfuerzo en una doble dirección. Por una parte, deberemos dedicar un tiempo inicial al análisis de lo que veníamos haciendo como líderes y en equipo para lograr adaptarlo al máximo a este nuevo modelo. Requiere por lo tanto un esfuerzo inicial de reflexión y análisis sobre el modelo presencial, aprovechando para definir que es lo estrictamente necesario del pasado y que se puede incluso evitar. Con total seguridad encontraremos mejoras, por ejemplo, las interrupciones que en el trabajo realizamos por pura inercia pero que podrían agruparse y ganar de esta manera mucho más tiempo. Por otra, deberemos tener una mayor dedicación a nuestro equipo en un momento de mayor sensibilidad y necesidad de figuras que los acompañen y apoyen ante este escenario de incertidumbre y cambio. Cómo liderar un grupo de trabajo desde la distancia En consecuencia, si la semana pasada hablábamos de las claves para poder trabajar desde casa, hoy nos centraremos en las claves sobre cómo liderar un grupo de trabajo desde la distancia: Reuniones individuales Más que nunca mantén reuniones individuales uno a uno para alinear objetivos, así como poder tener visibilidad sobre el avance de los temas prioritarios por parte de cada uno de ellos. Aprovecha para poder profundizar sobre cómo se encuentra cada uno y qué puedes hacer por ellos. Comunicación Mejora tus habilidades comunicativas en remoto y basadas en la tecnología. Para ello refuerza los mecanismos de control sobre si las personas de tu equipo están logrando entender tus directrices, necesidades y mensajes. Analiza y hazles partícipes sobre el tipo de reuniones que les gustaría mantener en esta primera etapa hasta lograr un modelo a distancia más completo y coordinado. Trabajo en equipo Promueve y lidera el mejor funcionamiento de trabajo en equipo, es decir, varios miembros del equipo conectados en remoto a la vez como si de una reunión presencial se tratara. Se asertivo en hacerles ver lo que no funciona, pues de otra forma se puede caer en un modelo de trabajo en silos con menor colaboración y cooperación que el presencial. Reunión semanal en equipo Semanalmente convoca una reunión exclusivamente para que todos opinen sobre qué está yendo bien en esta nueva forma de trabajar desde la distancia, qué hay que mejorar en el trabajo en equipo y que necesitan de ti. Genera que hablen en ese momento recordando que estamos acelerando un aprendizaje con muchas ventajas para el futuro, tanto para la compañía como para ellos. Análisis individual Cada semana realiza un ejercicio individual de análisis por escrito sobre avances en este nuevo modelo fijándote áreas de mejora para la siguiente semana. Realiza el análisis sobre cada persona de tu equipo, sobre el equipo como tal y sobre ti mismo para introducir mejoras cuanto antes. Transmitir en la comunicación a distancia Motívate para trasmitir en tu comunicación por escrito y por video: optimismo, serenidad, apoyo, confianza y al mismo tiempo, exigencia para que todos demos lo mejor de nosotros mismos. Detecta quién necesita tu apoyo Haz un esfuerzo por ir detectando quiénes necesitan más de tu apoyo y quiénes menos. Cada uno, según su propia personalidad y sus circunstancias evoluciona de manera distinta. Utiliza el humor No olvides el poder del humor y de transmitir emociones positivas como fórmula de rebajar el estrés. Tenemos infinitos ejemplos en redes e iniciativas que están siendo útiles para muchos. Considera circunstancias familiares Considera las circunstancias familiares de tus equipos, sobre todo en cuanto a hijos pequeños, para buscar fórmulas y horarios que mejor se adapten a ellos. Invítalos a proponer entre todos los mejores momentos. Cómo ser líder de un equipo de trabajo a distancia En definitiva, a la hora de ejercer nuestro rol de líderes, sea en remoto o presencial no debería ser un problema siempre y cuando mantengamos las bases de un buen liderazgo. Lo que si va a ser necesario es reforzar nuestra disposición de tiempo y comunicación hacia ellos, ante este escenario que puede tenerlos, por lógica, anímicamente afectados e incluso con sus competencias mermadas. Y por supuesto, recuerda que el líder debe ser ejemplo a la hora de buscar una mentalidad de locus de control interno en cuanto a salir de la mejor manera posible de esta situación extrema desde la responsabilidad individual y nunca mejor dicho, desde su liderazgo. Dependemos más de nosotros mismos de lo que muchas veces podemos llegar a imaginar, incluso en circunstancias únicas y excepcionales como estas. En Agustín Peralt, como coach ejecutivo, ofrecemos formación de coaching empresarial con distintos cursos, como el método FASE. Podrás beneficiarte de las múltiples ventajas del coaching ejecutivo. Infórmate y empieza a liderar equipos. Descubre también algunos de nuestros artículos como las claves para ser efectivo con el teletrabajo desde casa.

Teletrabajo desde casa: claves para ser efectivo

teletrabajo desde casa

A inicios de año, algunas compañías se mantenían reticentes a permitir el teletrabajo desde casa a sus empleados algunos días del mes, sus razones tendrían. Pero ha llegado una circunstancia excepcional que va a hacer que tengan que introducir el trabajo en remoto o teletrabajo con carácter de urgencia, y no sabemos durante cuanto tiempo. Son muchas las empresas que han decidido en las últimas horas pedir o facilitar a sus empleados que trabajen desde casa hasta que la propagación del coronavirus tenga visos de estar bajo control. Si analizamos la experiencia de los que fueron pioneros en esta práctica en el pasado, la realidad es que muchas personas han logrado seguir siendo igual de productivos trabajando desde casa y también es cierto que muchas confiesan que les costó más tiempo del debido acostumbrarse y disponer de unas rutinas de trabajo que les permitiera ser efectivos los días que trabajaban en remoto. De hecho, tengo que admitir que a mí me supuso un reto lograr disciplinarme y ser efectivo los días que decidí ponerlo en práctica. Finalizaba los días con una sensación de no haber aprovechado las muchas ventajas del teletrabajo que pueden existir: menos interrupciones, menor tiempo invertido en traslados, más posibilidades de concentración, etc. Por esto mismo, la discusión no debe ser si se puede llegar a ser igualmente efectivo o no al trabajar desde casa, la cuestión es conocer las buenas practicas, consejos e ideas que nos pueden ayudar a lograr ser efectivos desde los primeros días de teletrabajo. De otra manera, la probabilidad de caer en errores y trampas pueden afectar a tu efectividad y productividad creando con total seguridad un problema a medio plazo. Cómo trabajar desde casa Con algunos clientes llevo tiempo trabajando en este aspecto, pues con independencia del coronavirus, habían tomado esta decisión de compaginar y al menos, un día a la semana trabajar desde casa. Las razones eran muchas: problemas de espacio en las oficinas, facilitar la conciliación, ganar tiempo en traslados, implantación de políticas de su central, etc. Así, con el tiempo hemos ido aprendiendo de nuestros propios errores y de haber investigado de otros países y profesiones que llevaban más tiempo trabajando desde casa. Estas son las principales conclusiones de nuestros aprendizajes: Elegir un espacio adecuado en casa Elige un lugar y espacio concreto de tu casa que se identifique como tu lugar de trabajo y que tenga unas condiciones mínimas de comodidad y de conectividad. Si además es un lugar donde estas a gusto mejor todavía, favorecerá tu calma y concentración. Intenta tener unas rutinas concretas para diferenciar que estás en modo trabajo, por ejemplo, vestirte como si fueras a la oficina, puede tener más influencia de la que parece. También piensa en aquellos temas que tenías perfectamente sistematizados y que ahora son distintos en este nuevo escenario, como puede ser el lugar donde ir a comer, la máquina de café o el disponer de material de oficina si fuera tu caso. Crea rutinas Créate una rutina de horarios como si se tratara del horario de oficinas con sus horas de comienzo y finalización, descansos, hora de comida, etc. para mantener un equilibrio entre tus horas de trabajo y tus horas de vida personal, es fundamental que estén delimitadas claramente. De otra forma se puede dar la ironía de que se entremezcle todo sin lograr ni ser efectivo en tu trabajo ni disfrutar de tu vida personal en familia. Piensa en tus distracciones e intenta solucionarlas Ten en cuenta posibles distracciones que te afecten en el teletrabajo desde casa y ve pensando en posibles soluciones. Si bien las distracciones en el trabajo y que son propias de las oficinas desparecen, aparecen otras como dedicarte a tareas del hogar durante más tiempo, a relaciones personales o a aficiones que siempre has añorado. Piensa que este nuevo entorno de trabajo te ofrece tentaciones que antes no tenías al alcance. Interacciona Pon en común con las personas con las que tienes más interacción una serie de momentos para poder consultaros y detalla unas normas de accesibilidad. Piensa que las formas de interacción antiguas dejan de tener validez en muchos casos al no estar físicamente en el mismo lugar y se deben crear esas nuevas prácticas de interacción a distancia alineadas los unos con los otros para evitar molestas interrupciones. Invierte tiempo en el trabajo en equipo a distancia Invierte tiempo en perfeccionar el trabajo en equipo y colaborativo a distancia. Reflexiona cada cierto tiempo sobre qué está funcionando y qué podría mejorarse para la siguiente reunión o trabajo en equipo. Saca conclusiones e introduce mejoras Gana consciencia reflexionando a diario sobre cómo vas con este nuevo modelo de trabajo para sacar conclusiones e introducir mejoras. Aprovecha los viernes para reflexionar con más tiempo sobre lo acontecido durante la semana y fija retos para la semana siguiente con el objetivo de ser más efectivo introduciendo los cambios que consideres: nuevos horarios, nueva ubicación, cambios en distracciones, etc. Evalúa tu estado emocional Presta atención a la evolución de tu estado emocional con el cambio hacia el teletrabajo desde casa. Lo más importante es evitar el deterioro de tu estado emocional por la sensación de soledad al trabajar sin personas alrededor, por el estrés que te puede suponer este cambio o por la incertidumbre de si serás capaz de lograr tus resultados bajo esta nueva fórmula. Actitud positiva en el trabajo Mantén una actitud positiva en el trabajo, ya que con total seguridad habrá un crecimiento profesional tras esta circunstancia que nos saca de nuestra zona de confort. Irónicamente, nuestra casa en este caso no es nuestra zona de confort para trabajar. Y al mismo tiempo, existen ventajas evidentes que dependerán de cada caso y la forma de afrontarlo. El futuro para muchos traerá la formula mixta de combinar el trabajo en oficina con el trabajo desde casa, algo que con total seguridad es lo más idóneo. Haz recargas físicas y emocionales Realiza recargas físicas y emocionales cada cierto tiempo. Es necesario que te provoques un cierto […]

Menos es más

De la misma manera que las personas somos capaces de asignar tiempo para actividades concretas y reuniones, deberíamos ser capaces, tras cada evento o actividad que vamos realizando, reservar momentos para recargar pilas y recuperar energía. La duración de estos momentos irá en función de lo intensa que ha sido la actividad realizada; de otra manera, nuestra energía y capacidad de trabajo se ven mermadas en el resto de las actividades posteriores. Muchas veces creemos que debemos trabajar hasta la extenuación para lograr un objetivo, cuando realmente eso nos conducirá a un trabajo de baja calidad por el deterioro de nuestra energía. Y no debemos olvidar que lo importante no son las horas trabajadas sino la calidad de estas, y eso depende del nivel de energía que mantengamos durante el día. Además, estos momentos de recarga con su tiempo específico para ello, tienen un segundo objetivo y es poder asimilar y reflexionar sobre lo sucedido, o sea, sacar conclusiones para incrementar exponencialmente el valor de lo realizado. Como bien señala Leo Batuta, son muchos los casos y situaciones diversas y lo primero será intentar tipificarlas y ponernos rutinas que nos ayuden en relación con cada situación: 1/ Después de un gran logro, date un premio. Así tu subconsciente lo asociará en el futuro y cuando debas realizar un sobre esfuerzo, sabrás la recompensa. Ejemplo: después de conseguir un nuevo proyecto, elige un buen restaurante para celebrarlo con tu pareja. 2/ Después de un viaje o trabajo con agotamiento, descansa o realiza alguna actividad que te reponga física y emocionalmente. Ejemplo: ir a clase de yoga o a darse un masaje. 3/ Después de una formación recibida o un libro interesante, escribe conclusiones y aspectos aplicables. Ejemplo: lees un artículo muy interesante para tu trabajo y haces un resumen que pones en común con tu equipo. 4/ Después de una reunión intensa, dedica quince minutos para asimilar lo que te exige de cara al futuro y como lo aplicarás. Ahora nos toca a nosotros, después de leer este post, ¿Cuánto tiempo vas a dedicar para pensar en qué situaciones puedes aplicar algo de lo leído? ¡Somos lo que hacemos más que lo que pensamos! Gracias por tu tiempo.