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¿ Cambiar la hora o cambiar los horarios de trabajo para poder tener tiempo para todo?

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Pensemos mejor en cambiar los horarios Las empresas y organizaciones que logren impulsar estas medidas de conciliación y flexibilidad lograrán una mayor felicidad de sus empleados a la vez que un mayor compromiso con ellas. Agustín Peralt | Doctor En Economía. Profesor De La Universidad Europea De Valencia 25.03.2017 | 04:15 Según los últimos estudios publicados, los ahorros energéticos estimados con el denominado cambio a horario de verano, pueden llegar a superar los diez millones de euros por el mayor uso de luz solar y el correspondiente ahorro energético en una comunidad como la valenciana. Al mismo tiempo, y en la línea de aspectos positivos económicos generados por el cambio horario, se considera que gracias a estas mayores horas de luz disponible durante el día, el negocio del ocio y de la restauración se ve beneficiado en un país donde el turismo ya supone más del 10% de su PIB. No obstante, más que la discusión que muchas personas centran en cuanto al ahorro real energético y las consecuencias económicas de esta medida, deberíamos aprovechar para elevar la reflexión sobre el recurrente tema de la conciliación y la flexibilidad de horarios. En paralelo a esto, deberíamos reflexionar sobre si adaptar las jornadas de trabajo a horarios más europeas. Así como en el resto de Europa, lograríamos disponer de tiempo por la tarde que poder dedicar a la familia o al ocio. En España, en las grandes capitales como Madrid y Barcelona, se han iniciado costumbres como no trabajar los viernes por la tarde. En este sentido, sería conveniente buscar fórmulas para adaptarnos a jornadas de trabajo similares a las de Europa, entrando antes a trabajar y haciendo una pausa menor que la actual para comer. Consecuencia de ello, la llegada a casa se adelantaría. Estas políticas de flexibilidad y conciliación son una propuesta cada vez más demandada por las nuevas generaciones de profesionales que en ocasiones priman su tiempo personal por encima de políticas retributivas. Si a esto le añadimos que en España aún se da cierto valor al presencialismo, al mero hecho de estar por hacer horas en el trabajo sin ser realmente productivos, lo único que ganamos con medidas como la del próximo domingo es ganar tiempo de luz en las horas que aún estamos en nuestro puesto de trabajo. Y por eso queremos insistir también en que, junto con estas medidas de horarios más europeos, deberíamos promover fórmulas de mayor productividad entre los trabajadores españoles combinadas con medir el desempeño por resultados y no por simple presencia. Estas dos medidas unidas, horarios europeos de trabajo, junto con mayor productividad y menos necesidad de horas de presencia, facilitarían salir antes del trabajo disfrutando de luz y de una vida personal más plena .Las empresas y organizaciones que logren impulsar estas medidas de conciliación y flexibilidad lograrán una mayor felicidad de sus empleados a la vez que un mayor compromiso con ellas, situaciones que redundarán en una mayor productividad para las mismas. Lo que en un principio puede parecer una medida que únicamente favorece a los empleados se acaba convirtiendo en una medida que favorece a la misma empresa que la promueve. Este sí debe ser el auténtico debate en el que debe implicarse a todos los agentes: gobernantes y representantes del empresariado y de los trabajadores, es decir, a la sociedad en su totalidad.  Fuente: www.levante-emv.com 

¿Es posible la conciliación y la flexibilidad de horarios?

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16-3-2017 | Wolters Kluwer Las políticas de flexibilidad y conciliación resultan cada vez más imprescindibles en la organización de las empresas e instituciones. Y aunque parece que en  la abogacía las exigencias del trabajo presentan grandes dificultades a la flexibilidad, una reciente mesa redonda organizada en ESADE ha puesto de manifiesto que también en la abogacía es posible implantar con éxito y eficiencia estas políticas. La flexibilidad requiere organización, fijación de objetivos y control de los mismos ¿Cómo favorecer la felicidad de los profesionales? Según Agustín Peralt, coach y mentor, la cosa no parece fácil pues, según el reciente estudio de Adecco “La felicidad en el trabajo”, solo un once por ciento de los trabajadores considera que las empresas se esfuerzan por garantizar la satisfacción de sus empleados. Pero, a la vez, muy pocos trabajadores o profesionales invierten en sí mismos, dedicándose sobre todo a trabajar muchas horas, al amparo de que no se está midiendo adecuadamente su productividad real. Y este modelo no es sostenible. La productividad se basa o bien en hacer más en el mismo tiempo, o bien en lograr lo mismo en menos tiempo. Para ello la política de recursos humanos debe orientarse a intentar mejorar la productividad. Y para ello, hay que motivar a los empleados a cambio de una adecuada contraprestación, cuyo primer elemento debe ser la flexibilidad. Esta política debe orientarse a acompañar al trabajador, enseñándole a ser productivo; a liderar con el ejemplo y a implantar una cultura interna que prime la flexibilidad sobre el presencialismo. Y esta política debe integrarse también con una buena dirección por objetivos, medida y seguida regularmente, que asegure el control de sus resultados. Todo ello sin olvidar que a nivel individual, ser productivo requiere una elevada autodisciplina por parte del trabajador y esta se basa en un conocimiento adecuado de sí mismo, en una autoevaluación regular y una cierta picardía para saber poner el foco en lo verdaderamente importante de su trabajo. El plan de conciliación es un factor de competitividad laboral de las empresas La importancia que están adquiriendo las políticas de conciliación, en particular para captar el talento de los jóvenes milenials, es ya tal que, según Luis Barros, director general de Megamedia, no ofrecer un plan de conciliación puede dejar a la empresa oferente fuera del mercado. Es decir, ofrecer este plan es ahora mismo un factor que mejora la competitividad de la empresa, y carecer de él, un hándicap a la hora de captar y retener ese talento joven, que llega a las empresas con nuevos valores y expectativas que van a obligar a las empresas a cambiar sus políticas de recursos humanos. Y es que en la mayoría de los casos ya no se retiene a las personas con dinero, sino con flexibilidad. La flexibilidad se traduce en mayor felicidad, pues esta consiste en alcanzar el equilibrio de llegar a todo lo que se desea hacer, dentro y fuera de la empresa. Afortunadamente la tecnología ofrece ya múltiples recursos para que no sea imprescindible la presencia de los empleados en la empresa durante muchas horas. De hecho, existen muchas tareas que se realizan mejor en entornos tranquilos, como el doméstico, alejados del ruido que frecuentemente acompaña al trabajo en las oficinas. Todos aquellos trabajos que requieren reflexión, concentración y ausencia de interrupciones, pueden realizarse mejor fuera de las oficinas. Pero Barros insistió también en que la conciliación debe ser rentable, y destinarse a aportar valor a la empresa, en aumentar su productividad en forma de mejores resultados, pues lo que no es rentable para la empresa no es sostenible en el tiempo. Ello se traduce en la flexibilidad requiere una cierta infraestructura. Modelos flexibles en el ámbito de la abogacía La abogacía parece un sector muy poco propicio para la implantación de estas prácticas. Sin embargo, Sonia Zunzunegui, directora gerente de Squire Patton Boggs, y Toni Durán-Sindreu, director general de Durán-Sindreu Abogados, aportaron su experiencia en la implantación eficiente de medidas flexibles de organización del trabajo. Zunzunegui, que se presentó a sí misma como una directiva con cuatro hijos, que nunca ha dejado de trabajar ni de ocuparse de su familia, destacó que la flexibilidad ya se ha convertido en una exigencia en los despachos. Afortunadamente muchos trabajos pueden realizarse sin necesidad de desplazarse a las oficinas, pero todavía se requiere un cambio cultural y una organización interna adecuada. Para conseguirlo, el sistema Agile Working aplicado en su despacho trata de conciliar los intereses de los profesionales que trabajan en el mismo (agile), con los de la firma (working). Para ello se cuenta con diversos modelos de organización del trabajo como el teletrabajo desde casa, los puestos compartidos, el full-time con trabajo no estándar, el part-time o trabajo a tiempo parcial, el horario escalonado (staggered hours), los contratos de temporada (por ejemplo, vinculados a la jornada escolar de los hijos), las horas anualizadas, el trabajo en remoto o el horario flexible. Este modelo incluye también la posibilidad de comprar o vender días de vacaciones, de acuerdo con las necesidades del profesional, así como la posibilidad de prolongar los períodos de baja. El Agile working requiere una combinación de innovación, talento, eficacia y responsabilidad del trabajador, factores todos ellos orientados a la rentabilidad y al ahorro de costes. Zunzunegui destacó que este modelo no es estándar y cerrado, sino que debe adaptarse a las condiciones de cada despacho, según las necesidades derivadas de su modelo de negocio, de su organización y de los sistemas y herramientas de los que dispone. Por su parte, Toni Durán-Sindreu, que reúne la singularidad de ser uno de los primeros directores de una firma de abogados española que no es abogado, destacó que los jóvenes profesionales ya no aceptan las ofertas de carrera y las propuestas de horarios que tradicionalmente ofrecen los despachos. Por ello, la oferta de flexibilidad y facilidad de conciliación se ha convertido en una herramienta para captar talento. Esta metodología exige, en contrapartida, garantizar la calidad técnica del profesional y que este posea un método de trabajo, entendiendo por tal el enfoque al negocio y a los resultados. Dado que este método lo suelen proporcionar las grandes firmas, […]

CONFERENCIA EN ESADE MADRID : “FASE, un método sencillo para ser + productivo”

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El pasado 31 de Enero pude impartir una nueva conferencia sobre el método FASE, en este caso, en las instalaciones de ESADE en Madrid. La posibilidad de volver donde uno estudió es siempre un motivo de alegría. Y el disfrute es doble si además percibes que los asistentes agradecen los consejos y por último, se provocan reflexiones de cierta relevancia en la parte final del coloquio. La conclusión más comentada fue que lograr mejorar en nuestra productividad individual, es de las cosas que más influye en la felicidad de las personas y que además, más van a influir en los resultados de muchas organizaciones en los próximos años. Es momento de obligatoria reflexión  sobre cómo mejorar en nuestra eficiencia y eficacia tanto desde nuestra realidad individual, como desde la dirección de las organizaciones.

WIFI en el AVE : ¿Evolución o Involución?

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Siempre insisto en que el ‘trabajo multitarea’, es decir, trabajar en varios asuntos y con interrupciones continuas, se ha acabado convirtiendo en una forma de trabajo extendida y que además, se considera normal. La multitarea es en sí misma una ilusión, pues siempre existe un coste de cambio en tiempo de una tarea a otra, pero lo más grave es que para muchos no existe el concepto de trabajar con atención plena en una misma actividad durante breves periodos sin interrupciones, por ejemplo de 45 minutos. Todo esto tiene graves consecuencias para nuestra productividad, principalmente porque perdemos mucho tiempo cada vez que cambiamos de actividad, dejamos muchas tareas a medias y no realizamos trabajos de calidad, y si pese a todo salen bien las cosas es por haber invertido el doble o triple de tiempo del necesario. Muchos clientes me dicen que el mejor momento de la semana para centrarse en un asunto y trabajar con atención plena en algo es el trayecto en AVE, gracias a que no hay wifi y la cobertura telefónica es mala y en consecuencia el teléfono pasa a un segundo plano. Para alegría de unos y preocupación de otros, leo informaciones que anuncian la implantación de red wifi en los trenes AVE –ya existe en el trayecto Madrid-Sevilla–. Tengo muchas dudas sobre si esto es una buena noticia para nuestro rendimiento y productividad. Y tú, ¿qué opinas?

¿Por qué una buena organización y gestión del tiempo nos hace más felices?

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     En los procesos en los que estoy involucrado y donde trabajo con mis clientes su organización y gestión del tiempo, siempre observo, al cabo de los pocos meses, como mejora su satisfacción en su entorno laboral y consecuentemente en su vida personal. Las principales razones de este aumento de la felicidad son: Aumenta tu dominio y control sobre tu trabajo y sobre los temas pendientes. Esto se traduce en una reducción del nivel de stress psicológico y una menor sensación de estar sobrepasado. Mejoran tus resultados laborales como consecuencia de que dispones de más tiempo para lo realmente importante, además lo tienes más identificado y controlado. Aumenta tu autoestima personal como consecuencia del avance y del logro. Es una sensación similar a la de avanzar en un deporte o en una afición. Ganas tiempo (de calidad) para tu familia y hobbies y en definitiva, de más disfrute para todos. Mejoras en tus habilidades interpersonales, pues al practicar más tu nivel de atención plena, resultas más carismático y empático con los demás. Mejoras capacidades como la creatividad o la toma de decisiones, vinculadas a tu energía emocional.  Así como el tiempo que dedicas a tu familia y seres cercanos. Mejora tu vida personal, pues el tiempo que le dedicas a tu familia y a los tuyos cercanos, es de más calidad y reduces tu stress vital. Como bien define la Teoría del Aprendizaje Social de Rotter, la percepción de control o no control que una persona tiene sobre los eventos que ocurren a su alrededor, es importante para el desarrollo de su propia vida. Y esta parte que acabamos de reflexionar, es un ejemplo claro del locus de control interno donde uno acepta que está en sus manos influir en su propia felicidad gracias a mejorar su control y organización del tiempo. En definitiva, si queremos ser más felices podemos trabajar en ello. ¿Cuánto tiempo vas a esperar a ser más feliz?