El coaching ejecutivo, tras una etapa de cierto cuestionamiento sobre su valor, podemos reconocer que está siendo un servicio cada vez más demandado por las empresas. Y es que las ventajas del coaching ejecutivo empiezan a ver la luz. Las razones las podemos encontrar desde una doble vertiente: Por una parte, las exigencias de crecimiento profesional continuo, unido a la dureza de ese entorno denominado BANI, han hecho que la demanda del servicio sea cada vez más frecuente por esa soledad en la que se encuentran muchos directivos. Por otra parte, la calidad del servicio ofertado ha mejorado gracias tanto a una mejor formación recibida por los propios coaches como por su creciente mejora por las muchas horas de vuelo y entrenamiento a directivos que van acumulando. El buen coach no sólo necesita formación sino evidentemente práctica de casos reales. Lo cierto es que las ventajas del coaching ejecutivo son muchas, puesto que se trata de una herramienta que desde la técnica del diálogo ayuda a mejorar nuestro rendimiento profesional. Y, consecuentemente, nuestro bienestar. Aborda temas como la resiliencia, la empatía, la motivación, el liderazgo, las relaciones o la difícil toma de decisiones a las que nos enfrentamos. En definitiva, te ayuda a convertirte en un mejor profesional, en el sentido más amplio. Algo que, a su vez, te impulsa a liderar con mayor eficacia: inspirando y motivando a tu equipo, potenciando además tu papel ejemplificante como buen líder. Una nueva forma de aprendizaje y de mejora continua que facilita a quien lo recibe, la toma de decisiones, desarrollar capacidades y mejorar nuestro autoconocimiento. Todo ello, lógicamente, redunda en esa necesidad de mejorar continuamente por ese entorno de alta exigencia. Qué es el coaching ejecutivo Antes de ver las ventajas, es fundamental conocer qué es el coaching ejecutivo y en qué se basa esta disciplina. En definitiva, el coaching ejecutivo consiste en liberar el potencial de un ejecutivo para que desempeñe al máximo sus funciones laborales. Además, cuenta con un fin último al que todos debemos poder aspirar con independencia de nuestro nivel de responsabilidad: alcanzar el equilibrio entre su vida personal y su vida profesional. Es a través del coach ejecutivo como los empleados son capaces de sacar sus habilidades al exterior y mejorar las comunicaciones o las relaciones interpersonales, hacer evaluaciones del desempeño en casos complejos donde no se cumplen las expectativas de la empresa, motivar empleados, o encontrar una herramienta que facilite cumplir con objetivos desafiantes. Ventajas del coaching ejecutivo A continuación, vamos a ver 4 de las mayores ventajas del coaching ejecutivo. Perspectiva más amplia Uno de los procesos que se aprenden gracias al coaching ejecutivo es a ampliar tus miras, es decir, a ver las cosas de otra manera. Eso significa percibir los problemas como posibilidades, o los desafíos como oportunidades. Pasar de la ansiedad al entusiasmo ante muchos retos que nos encontramos. Posicionarse desde una perspectiva más amplia a la hora de abordar las distintas situaciones, lo que conduce a la búsqueda de soluciones desde otros puntos de vista que no hemos contemplado anteriormente. A veces, la solución está ahí mismo y solo hay que fijarse en ella. Potencia el liderazgo Para un ejecutivo, es muy importante tener consciencia de ser un líder transformador que ayude a potenciar las competencias y habilidades de los equipos de trabajo. Las empresas con directivos y mandos intermedios que ejercen un liderazgo eficiente y práctico consiguen incrementar la productividad y alcanzar sus objetivos con mayor facilidad. Desarrollo de la capacidad de análisis Un coach para ejecutivos te enseña a tener capacidad de análisis y de encontrar las relaciones efecto-causa que se dan en cualquier acción. Asimismo, te otorga la capacidad de encontrar las preguntas adecuadas para las distintas situaciones que puedan darse en el día a día. También hace que seas capaz de localizar las oportunidades en las acciones pequeñas diarias, y no solo en las grandes acciones empresariales. Mejora el rendimiento del ejecutivo El coaching ejecutivo aporta muchos beneficios, tanto al líder de la organización como al resto de empleados, ya que dota de: Herramientas necesarias para optimizar el trabajo y los recursos Ayuda a mejorar procesos A una mejor organización del tiempo A alcanzar los objetivos marcados No se trata solo de cambiar lo que no funciona y adquirir nuevos hábitos, también consiste en mejorar y optimizar lo que ya está funcionando. Curso de liderazgo para ejecutivos Sistemas y herramientas como el método FASE, un curso de liderazgo que además de mejorar la productividad personal, refuercen otros pilares clave del autoliderazgo de una manera integral. Es fundamental incidir positivamente en tu energía física, emocional y cognitiva así como en la capacidad para liderar y alinear prioridades con sistemas no intrusivos ni cargados del rechazado micromanagement. Y sin olvidar la energía colectiva, que es aquella que desde el buen funcionamiento del equipo potencia la energía individual. Y por esto más que nunca, las empresas deben aprender del pasado para mirar al futuro. No pueden obviar su responsabilidad y deben invertir en mejorar el autoliderazgo de las personas de su organización. Todo redundará en una mejora del engagement y compromiso en la organización como consecuencia de una mayor felicidad laboral de tus empleados, y no debemos olvidar también de sus líderes. Si buscas seguir creciendo tanto personal como profesionalmente, Agustín Peralt, utilizando el coaching para directivos, te ayudará no solo a incrementar la productividad, sino también a saber gestionar tu vida personal y profesional. Todo ello con el objetivo de lograr armonía entre nuestra vida personal y profesional. Será nuestra mejor versión la que pasará de la vida laboral a la personal. Y a posteriori, nuestra mejora versión la que pasará de la vida personal a la laboral, llevándonos todo ello a un círculo virtuoso que nos mejora progresivamente.
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En muchos casos han sido las nuevas generaciones las que nos han hecho entender que el propósito personal va por delante del profesional, y que, para ellos, el poder disponer de unos horarios equilibrados entre lo personal y profesional es innegociable. Esto ha supuesto un gran giro para el resto de directivos y empresarios más seniors, pues no solamente han tenido que respetar y entender estas exigencias, sino además ser ejemplo a la hora de cumplir horarios y buscar una mayor armonía en sus vidas. Si a esto le añadimos la creciente preocupación por el incremento de burnout laboral, es fácil entender que desde los departamentos de personas existan muchas iniciativas para cuidar el bienestar de sus equipos desde el ejemplo y ayuda de sus líderes. En este nuevo mindset de conciliación y búsqueda de un mayor equilibrio y horarios que se está propagando a toda velocidad, están dándose varias casuísticas. Por una parte, para algunos está siendo un momento de complejidad pues empiezan a descubrir que no son capaces de gestionar todo su trabajo en jornadas con horarios normales. Realmente la solución no es volver a horarios de 11 y 12 horas diarias, sino entender de una vez por todas, que de lo que se trata es de aprender a trabajar mejor, no de más, el tan escuchado “Work Smarter, not harder”. Por otra parte, algunos lo están logrando y empiezan a ver que sus horas laborales son de mucha más calidad y efectividad. Por lo que, trabajando menos, logran más. El retorno de inversión de disponer de más tiempo para ellos les está irónicamente ayudando a incrementar su productividad si bien, siempre y cuando lo acompañen de una mejora de su efectividad en el trabajo. Burnout laboral: la nueva epidemia Todos hemos pasado por épocas donde hemos empezado a ir sobrepasados en el trabajo durante excesivo tiempo. Ese momento donde el nivel de estrés es elevado y donde seguimos dedicándonos en exceso con cuerpo y alma, pensando que la solución es trabajar más y más horas. La principal consecuencia al poco tiempo es que empezamos a dormir peor, comemos mal, y dejamos de hacer deporte, como si de fichas de dominó que van cayendo se tratara. Es el estrés y el temido cortisol que se siguen acumulando y van dándose unos patrones de comportamientos que se repiten en la mayoría de los casos. Después de esta fase del burnout laboral de cuidarte menos y de negarte tiempo a ti mismo, empiezas a dedicar menos tiempo a tu familia y amigos. Esto acaba afectando a tus relaciones personales unido a comportamientos no comunes en ti a nivel laboral, que los demás perciben claramente. Incluso algunos, llegan a un punto de abandonar y alejarse totalmente de su vida familiar y de amigos. Desde fuera te notan que no eres el de siempre, y todos los intentos que hacen por hacértelo ver tienen tu contestación en forma de rechazo a sus consejos. Es la clara evolución hacia la nueva epidemia que muchos están diciendo que viene tras el Covid-19, el burnout laboral. Pasé por ahí hace años y puedo reconocerme en lo que acabó siendo mi peor versión profesional y personal con nefastas consecuencias en mi vida laboral y personal. Por eso con el tiempo, escribí un libro sobre resiliencia con un enfoque algo diferenciador. El desarrollar lo que llamo el músculo de la resiliencia con proactividad para que cuando vengan esas etapas complejas, nos pille de la mejor manera. Se trata de lograr ser mejor para cuando las cosas se pongan peor. Del círculo vicioso al círculo virtuoso Pero en sentido contrario, existen otras personas que se conocen y se regulan con mucha astucia con respecto al burnout laboral. Saben que a más complejidad en el trabajo más tienen que cuidarse a través del beneficio del deporte, de disfrutar algo más de la vida personal, y de coger distancia para poder autorregularse y gestionar esos momentos complejos. Lo hacen de manera preventiva y, además, cuando perciben un mayor nivel de complejidad y empiezan a sentirse algo sobrepasados, más tienden a estar pendientes de su propio estado y cuidado. Y así, logran compensar ese estrés de manera paulatina, entrando en una espiral de sentirse bien que llega a transmitirse y a percibirse por donde pasan. El buen líder debe aprender a mejorar su efectividad y su gestión del tiempo Siempre me gusta recordar a mis clientes en las sesiones de coaching para directivos que el buen líder, como excelente profesional, debe organizar el tiempo muy bien para poder disponer de momentos para cuidarse. Así, lograr un gran equilibrio entre las distintas dimensiones de su vida, las personales y las laborales. De esta forma, se asegura llevar su mejor versión al ámbito laboral, lo que garantiza una transmisión de energía positiva en las muchas interacciones que tienen al día. La investigadora Kim Cameron en su libro Positively Energizing Leadership demuestra además la correlación entre el impacto de la energía de los líderes y los resultados de la compañía en términos de innovación, mayores beneficios y lógicamente más fidelización. La gran pregunta es si en momentos complejos y demandantes como los que estamos viviendo laboralmente, se puede lograr disponer de tiempo para gestionar ese equilibrio si realmente no somos personas efectivas. Evidentemente no. Lograr dentro de esta complejidad actual, disponer de un equilibrio entre lo personal como lo profesional es asumible con el esfuerzo de ser muy organizado para lograr tener control. Y como nos gusta señalar, el que quiera conciliar se lo tiene que ganar, lo que quiere decir que tenemos que aprender a ser organizados si realmente queremos poder aspirar a tener ese modelo de vida equilibrado. Los que lo logran, se llevan una gran sorpresa, pues ven que con esa vida ordenada y equilibrada es su mejor versión la que va a trabajar, pero también es su mejor versión la que retorna a la vida personal. Nos metemos en un círculo virtuoso en el que brillamos y destacamos. […]
Estamos metidos dentro de una rueda de hámster, llena de M&m`s. Y estos M&m’s no son otros que: gestión de correos, meetings, móvil e instant messaging. Cuando soltamos esta frase en nuestras charlas la práctica totalidad de la sala asiente sin dudar sobre ello, al mismo tiempo que reflejan cara de preocupación. Y es precisamente de la gestión del correo electrónico del que vamos a tratar hoy. Es una de las herramientas más utilizadas en nuestra jornada de trabajo. Entre nuestros clientes nos encontramos con una media que oscila entre los 100 y los 200 diarios, lo cual nos puede dar una idea de lo que esto puede llegar a suponer. Ya nadie discute sobre que uno de los principales ladrones del tiempo en las empresas es el correo electrónico. Según un estudio de Officetime, el 33% de las personas gastan entre una y dos horas al día en responder emails en el trabajo, mientras que el 22% de los encuestados afirma perder más de dos horas únicamente comprobando su bandeja de entrada y revisando los nuevos emails recibidos. El correo electrónico que en un principio supuso un gran avance para los profesionales, con el tiempo, se ha convertido en una queja constante. La saturación de emails nos lleva con frecuencia a cierto caos o sensación de estrés y ansiedad por el tiempo necesario para gestionarlo o por los muchos que nos quedan por gestionar. Y como la mayoría de temas complejos, lo primero que debemos de aceptar es que debemos introducir cambios y sobre todo, debemos de invertir algo de tiempo en probar e implantar ideas de mejora. Nos quejamos mucho de ello pero invertimos poco tiempo en aprender y mejorar. Precisamente vamos a cambiar esa inercia proponiendo una serie de consejos o prácticas para que cada uno, desde esa base, pueda posteriormente pivotar encontrando lo que más se adapta a su realidad diaria. Veamos algunos consejos para la gestión de una cuenta de correo. Cómo organizar un correo electrónico Por ello, te damos algunos consejos de cómo organizar un correo electrónico y utilizarlo de manera eficiente. Decide momentos del día para revisarlo en función de la acción a realizar En primer lugar debemos diferenciar entre tres tipos de acciones que solemos realizar: Revisar o mirar en diagonal que no hay nada urgente que atender entre todos los mails recibidos desde la última comprobación. Procesar o gestionar aquellos que no requieren mucho tiempo. Accionar o dedicar tiempo a contestar aquellos que requieren una respuesta larga y mayor dedicación de tiempo. Lo más conveniente es que decidas y sistematices cuando quieres realizar estos tres tipos de acciones distintas durante el día, frente a estar consultando el mail continuamente en multitarea. De esta manera, podrás respetar determinadas horas del día que requieren tu máxima atención sin dejarte distraer por el correo. Para lograrlo es fundamental que elimines todo tipo de notificación pues de otra manera no lograrás cumplir con las sistemáticas y volverás a caer en una consulta continua y en la tan peligrosa multitarea continua o rueda del hámster. Sé breve y claro respondiendo correos Muchas veces escribimos emails más largos de lo necesario. Por ello, un buen consejo con respecto a la gestión del correo, es tratar de ser todo lo breve y conciso que puedas. Es muy probable que la respuesta también lo sea, así que todos ganaremos tiempo. Ir al grano y ser educado no es incompatible. Incluso en ocasiones, toma la decisión de llamar a la persona que corresponda frente a continuar con esa cadena de mails interminables. Si quieres saber más sobre una correcta gestión del correo, descárgate este e-book donde te damos otras claves para hacerlo. La gestión del tiempo la habilidad clave más importante Tom Peters, probablemente el mayor y más celebrado pensador del management, es rotundo cuando afirma que no existe una habilidad directiva más importante que la gestión del tiempo en su entrevista con Time Management. En un momento como el actual, somos muchos los que compartimos las reflexiones que realiza Tom Peters. Es por esto mismo por lo que consideramos que una de las competencias más determinantes en nuestro desarrollo profesional es la capacidad de organizarnos y ser realmente efectivos como profesionales, y también como líderes cuando ejercemos de ello. Y no sólo eso, será probablemente la que más nos ayudará a poder conciliar la vida personal y profesional sin remordimientos ni sensación de falta de control o resultados lo cual redundará, con total seguridad, en una mejora de nuestra felicidad personal. Desde mi punto de vista, como coach ejecutivo, existen 4 factores clave que afectan a la productividad personal que componen los pilares claves del Método FASE® (Foco o priorización, Atención plena, Sistematización de hábitos y Gestión de la Energía). Y son las áreas en las que hay que centrarse para mejorar nuestra gestión del tiempo, nuestra organización personal y consecuentemente incrementar la productividad. Por ello, es fundamental dedicar tiempo a mejorar en nuestra gestión del tiempo aprendiendo y sabiendo aplicar metodologías que nos aportan herramientas y recursos, al igual que haríamos en cualquier otra disciplina.
No nos auto engañemos. No trabajamos tanto como creemos. Sentimos estrés, desbordamiento, agotamiento y lo primero que nos viene a la mente es que nuestro trabajo es desbordante. Y no es así en todos los casos. En muchos es un tema de falta de organización de tiempo, unido a unos nuevos modos de desarrollar el trabajo presencial y teletrabajo que nos puede llevar a caer en muchas trampas y autoengaños. Algunos clientes, en momentos de confianza en las sesiones individuales o en las nuevas formaciones en abierto donde no están con sus compañeros del día a día, nos confiesan algo que no nos sorprende. Al pararse a pensar cómo emplean su tiempo diario y su propia forma de organizarse con detalle y ser eficientes, está llevándose a dos conclusiones que no les hacen sentirse cómodos. La primera, la vida profesional y personal está muy mezclada en horarios sin una clara barrera lo cual les hace que en momentos profesionales metan en exceso su vida personal, para a posteriori e irónicamente, tener que meter en horario personal, horas de trabajo. La segunda, es que en muchos casos, este nuevo modo de desarrollar el trabajo presencial y teletrabajo, conlleva que no estamos trabajando como deberíamos incluso, estamos trabajando menos de lo que creemos. Siempre les digo lo mismo. La solución a esto no es volver a la oficina todos los días como antes de la pandemia. La solución es trabajar sobre ello, y acabar de mejorar nuestra forma de trabajo efectiva con este nuevo modelo pues con toda seguridad nos alegraremos de ello. El cambio que ha experimentado el trabajo tras lo vivido con la pandemia, no tiene marcha atrás. Las organizaciones, antes o después, en mayor o menor grado, van a tener que ofrecer una serie de condiciones a sus empleados si quieren fidelizar y atraer el talento. Los profesionales quieren un modo de desarrollar el trabajo presencial y teletrabajo pero, además, que sea flexible. Híbrido con un mínimo de dos días en casa, y flexible en el sentido de que puedan adaptar sus horarios de trabajo, en la medida de lo lógico, a las necesidades del equilibrio entre lo personal y profesional. Todo ello bajo una premisa y es que se les valore por resultados y no por horas. Esto esconde una serie de mejoras a nivel líderes y departamentos de personas de lo cual también hablaremos en este post. Según datos recogidos por Adecco, seis de cada diez trabajadores quieren trabajar de manera híbrida tras la pandemia. Pero, además, con cierta flexibilidad permitiéndoles tomar decisiones sobre cómo quieren organizar parte de sus horarios y formas de trabajo. En definitiva, estamos ante un nuevo modelo de trabajo, impensable hace un tiempo con claros beneficios para todos, si somos capaces de dedicar algo de tiempo y esfuerzo en perfeccionarlo con ambas partes trabajando de la mano. Riesgos del teletrabajo Por eso es momento de preguntarnos qué riesgos está conllevando este gran cambio, algunos de los cuales os podemos garantizar que no son riesgos sino realidades. Son varios, pero si hay uno por encima de todos es que el trabajar desde casa y con modelos flexibles, conlleva en muchos casos, un deterioro silencioso y progresivo de nuestra eficiencia, por mucho que en ocasiones no lo queramos admitir. Por eso algunos no logran entender por qué siguen estando tan estresados con un modelo aparentemente beneficioso para evitarlo. La respuesta la vemos cada día. El problema no es el modelo de trabajo, el problema es nuestra incapacidad para analizar desde la distancia y fijar una serie de mejoras. En las nuevas sesiones formativas en abierto donde los alumnos provienen de empresas diferentes, el nivel de confesión sobre muchos errores que están cometiendo y el deterioro de su eficiencia es realmente llamativo. Afortunadamente salen con muchas mejoras a implantar e ideas que cogen unos de otros. Desde mi punto de vista, esto supone doble responsabilidad. Para los profesionales el aceptar la realidad de este riesgo y realizar el esfuerzo de evitar ese deterioro que en muchas ocasiones puede depender de circunstancias personales o momentos determinados de tu vida. Por parte, de las empresas, las cuales tienen que provocar un diálogo abierto sobre ello y trabajar con sus equipos en ganar conciencia y juntos, evitar que este modelo de teletrabajo desde casa híbrido y flexible que tiene infinidad de ventajas, no nos suponga con el tiempo un problema. El rol de los líderes empresariales en el trabajo híbrido Ante este insólito escenario, el rol de los líderes empresariales debe ser ejemplificante e influyente en sus equipos, como por parte de los departamentos de personas y talento, por sus posibilidades desde la formación. Los líderes deben ser los primeros que tienen que mejorar su capacidad de organización sea cual sea la forma de trabajo, pero aprendiendo a trabajar mejor y no de más. Deben ser capaces de dedicar más tiempo tanto a pensar desde la distancia sobre los nuevos modelos de trabajo que motivan a sus equipos como en paralelo, a dedicarles tiempo de calidad individual para poder medir y valorar sus avances en resultados, frente al modelo de controlar sus horarios y su aparente dedicación al trabajo. Además, tienen que saber culturizar o culturizarse en todo aquello que afecte a su bienestar personal y acompañar a sus equipos a encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional mayor, algo que va más allá de café gratis o clases de yoga en la oficina. Todo esto revertirá en que la mejor versión de cada persona será la que va a trabajar y al mismo tiempo, si ayudamos a que aprendan a organizarse en el trabajo, su mejor versión será la que va de vuelta a su vida personal. Aquí empieza el verdadero camino hacia la deseada conciliación sea cual sea tu nivel de responsabilidad. Es nuestra propuesta de BALANCED líder. Ahora más que nunca, las empresas deben aprender del pasado para mirar al futuro y, para ello, necesitan anticiparse y utilizar modelos de trabajo más efectivos. Los líderes y los departamentos de personas y talentos deben ayudarlos y […]
En este artículo hablaremos de cómo mejorar la gestión del tiempo en el trabajo, haciendo que la vida profesional y la personal se equilibren, logrando así el éxito profesional y personal. Qué es la gestión del tiempo Definiendo el concepto de una manera simple, podemos decir que la gestión del tiempo es el proceso por el que una persona divide sus horas disponibles según las tareas que debe realizar. Una gestión del tiempo eficiente, como consecuencia, hace que mejoremos nuestra productividad y nuestra calidad de vida. Las personas poco productivas, suelen tener siempre la sensación de que no cumplen con los objetivos que quieren, además de llegar tarde y mal a las cosas. Cómo mejorar la gestión del tiempo en el trabajo Desde mi punto de vista, existen 4 factores clave que afectan a la productividad que componen los pilares claves del Método FASE® (Foco, Atención, Sistematización y Energía). Y son las áreas en las que hay que centrarse para mejorar nuestra gestión del tiempo, nuestra organización personal y consecuentemente nuestra máxima productividad personal: Energía: el primer recurso necesario donde suele existir área de mejora y que define la calidad de nuestro tiempo es la energía. Por eso empezamos nuestra reflexión sobre ella. Es, probablemente, uno de los factores más influyentes en nuestra capacidad de mejora de nuestra productividad. Foco: cómo lograr priorizar e identificar lo más importante con ciertas técnicas sencillas para lo cual deberemos, además de haber mejorado nuestro nivel de energía, ganar otro recurso como es el tiempo disponible evitando distracciones en el trabajo. Atención: aquí hacemos referencia a la capacidad de trabajar con atención plena, es decir, con elevada concentración en los temas realmente relevantes identificados en el punto 2. Sistematización: cómo lograr crear una serie de hábitos, rutinas y rituales que nos lleven de una manera natural a asegurarnos de disponer de los recursos suficientes, de identificar lo prioritario de una manera sistemática, y de planificar nuestra semanas y días asegurando que están alineadas con lo realmente importante. Una vez hemos entendido esto, podemos pasar a ver qué es lo que significa tener éxito profesional y por qué está tan relacionado con la gestión del tiempo. Qué es el éxito en el trabajo Antes he comentado que relacionar gestión del tiempo y éxito en la vida puede parecer algo evidente. Lo que ya no resulta tan evidente, es qué entendemos por éxito en la vida, ya que intervienen muchas y muy distintas apreciaciones y enfoques. Personalmente, entiendo por éxito el lograr tener una vida plena y equilibrada donde nuestro propósito personal y profesional se van cumpliendo de una manera equilibrada. Y además, logrando que el propósito profesional sea un vehículo para alcanzar el personal, y no de la otra forma que suele acabar tarde o temprano con problemas y desequilibrios. En mi caso, me pasé muchos años anteponiendo el propósito profesional al personal, sin el equilibrio necesario. Y añadiría otro error, no gestionar bien ni mi vida personal ni mi tiempo. Y no pudo acabar de otra forma que con un elevado deterioro emocional y físico que jamás hubiera podido imaginar. Buscando mi supuesto éxito profesional acabé con lo contrario. Con un fracaso personal y profesional del que mi peor versión intentaba salir de manera torpe. Fue precisamente a partir de ese momento de fracaso, cuando empecé a profundizar en todo lo relativo a organización personal, gestión del tiempo y máxima productividad personal. Qué irónico que con el tiempo se acabara convirtiendo en mi propia profesión como supuesto experto en la materia. Equilibrio entre propósito personal y profesional También aprendí que debía existir un equilibrio entre mi dedicación a ambos propósitos, con un enfoque más holístico donde el propósito personal y profesional conviven. Descubrí que con este equilibrio mi versión era mucho más potente y lograba muchos más objetivos de los que me fijaba. Y de ahí progresivamente a crear el curso de liderazgo gerencial, el Método FASE® con su leitmotiv: Lograr ayudar a cualquier persona a convertirse en un BALANCED LÍDER de su vida. Nuestro propósito personal, como expertos en coaching ejecutivo, es tratar de ayudar a que directivos, profesionales y empresarios, sean cuáles sean sus circunstancias personales y profesionales, aprendan a organizarse. De este modo, podrán encontrar vidas armónicas y equilibradas entre lo personal y profesional, las cuales se retroalimentan. Ayudarles a ser más felices desde la mejora de su organización personal y desde el equilibrio entre ambas facetas. Hoy en día, lograr ser profesional, directivo o empresario supone gestionar un entorno cada vez más complejo y exigente. Hemos pasado de hablar de entornos VUCA a entornos BANI. Ante esto, son muchos los que tratan de gestionar esa complejidad trabajando muchas más horas, asumiendo que el estrés y los malos horarios son inherentes al puesto, y pensando que no hay nada que hacer para solucionarlo. Y todo ello, además, hipotecando el equilibrio entre su vida profesional y personal. Son muchos los que siguen pensando que ser un buen profesional supone y conlleva dedicar el mayor número de horas posibles al trabajo renunciando obligatoriamente a muchas otras cosas. Frente a esto, afortunadamente, existen casos de éxito donde personas con altos niveles de complejidad laboral, han logrado ser un ejemplo de vidas armónicas y equilibradas. Estos son, desde mi punto de vista, los grandes profesionales a largo plazo, pues están asegurándose que su mejor versión es la que vuelve a casa cada día, gracias a una buena organización y productividad personal. Y al mismo tiempo, planifican y disfrutan de su vida personal, para asegurarse que su mejor versión es la que vuelve a trabajar. Eso es lo que nosotros denominamos ser un BALANCED LÍDER. Un profesional, directivo o empresario que bajo cualquier circunstancia, dispone de una vida equilibrada entre lo profesional y personal, controlando definitivamente sus resultados y su propia vida, logrando además asegurar su mejor versión en ambas vertientes. Debemos preguntarnos qué estamos realmente haciendo de manera proactiva para poder mejorar en nuestra productividad personal y nuestra capacidad de organización y gestión del […]
No nos falta tiempo, nos sobran distracciones en el trabajo Probablemente estemos en una de las épocas de mayor complejidad laboral. No solo por la velocidad a la que van las cosas, sino por todo lo que han supuesto estos dos últimos años en cuanto a incertidumbre y ruptura de paradigmas. Y por eso mismo, si algo no nos podemos permitir es perder tiempo. Algo que ocurre más de lo que nos gusta admitir o incluso somos conscientes, y es que tanto en la oficina como cuando trabajamos desde casa, tenemos muchas más distracciones. Distracciones en el trabajo que buscan captar nuestra atención y desviarla de lo que realmente deberíamos dedicar nuestro tiempo. Algo que me sigue llamando poderosamente la atención es la poca conciencia que tienen las personas de sus muchas distracciones, causadas en la mayoría de los casos por ellos mismos. Hemos introducido una nueva forma de trabajar donde atendemos muchos temas personales durante el periodo laboral, gracias a la tecnología (WhatsApp, Internet, Redes Sociales…), lo que hace que nuestro día a día sea mucho más ameno. Sin embargo, si aspiramos a invertir en el trabajo las horas justas y necesarias, debemos evitar esta práctica, por muy entretenida que nos resulte. También se pierde el tiempo durante la jornada laboral por seguir la inercia que marcan otros o la propia empresa u organización. En esos casos, es necesario ser profesional y saber decir NO a determinados temas. Cómo evitar distracciones en el trabajo ¿Tiene esto solución? Rotundamente sí, si bien, requiere irónicamente que inviertas tiempo en ello. Invierte tiempo en ello, a pesar de no disponerlo, para posteriormente aumentar exponencialmente. Registra tu tiempo En primer lugar debes registrar tu uso y organización del tiempo pues al tomar conciencia detectamos muchas trampas silenciosas en las que has caído; después, diagnóstica y confecciona un plan de acción para corregirte. Jamás volverás a emplear frases como «no tengo tiempo». La frase correcta sería: «Tengo tiempo, pero me permito perderlo». Autogestiona tus emociones Pero en paralelo, empieza a reflexionar desde la raíz de muchas de las formas en que perdemos el tiempo dependen de nuestra propia personalidad, de nuestro estado emocional y del entorno que nos rodea. La causa de que las circunstancias del entorno nos hagan perder tiempo, tiene primero su origen en nuestros propios estados emocionales. Cuando estamos tristes, ansiosos o cabreados, nuestro propio estado interno de incomodidad nos hace caer en muchas trampas como son las consultas compulsivas del mail, del teléfono o incluso el decir que sí a reuniones que no se justifican. Esto es porque son pequeños shots de dopamina por su factor novedad que alivian nuestro estado interno. Es ese estado emocional el que nos lleva a perder el tiempo practicando la multitarea o procrastinando. Por eso es necesario tener en cuenta no solo las interrupciones externas, sino también los estados internos que nos afectan negativamente. Es fascinante comprobar cómo el autoconocimiento y autocontrol emocional tiene un efecto directo sobre nuestra capacidad de perder tiempo. Si mejoramos nuestra autogestión emocional pero al mismo tiempo, logramos controlar el entorno para tener menores tentaciones externas, avanzaremos mucho en dejar de perder tiempo. Planifica recargas de energía En sentido contrario , un buen hábito para maximizar la calidad de tu tiempo, es planificarte recargas de energía durante el día con aquellas actividades que tengas identificado que te ayudan. Es necesario que te provoques un cierto movimiento corporal incluso mini ejercicios, como bajar y subir escaleras. Actividades de recreo como llamar a algún amigo o familiar, escuchar algo de música, tomarte un café mientras te relajas y dejar la tecnología a un lado, para que esa recarga sea mayor. Cuando lo haces de una manera planificada y con el objetivo de recargarte para de ser una pérdida de tiempo a ser una buena práctica para mantenerte el resto del día productivo. Esas recargas son mucho más posibles en ocasiones cuando trabajas desde casa pero también se pueden planificar en el trabajo. Identifica posibles tipos de recargas, prueba y aprende de su efecto sobre ti mismo. Lo que con total seguridad no es conveniente son esas jornadas maratonianas pegados a la videoconferencia sin levantarse más que para ir al baño. Las fórmulas de trabajo híbrido y flexible han aumentado y las posibilidades de realizar ejercicio son mucho mayores, pues además de ganar tiempo hemos ganado un mayor número de posibles acciones. Conozco muchas personas que bajo este nuevo modelo han logrado mejorar su estado físico y consecuentemente mental. Al realizar estas tres acciones en tu día a día laboral, mejorarás en cuanto a evitar distracciones y, como consecuencia, sabrás cómo mejorar tu productividad en el trabajo.
Leí recientemente un artículo de Ali Abdaal (atención a la corriente de escritores indios que están escribiendo mucho, y muy bueno, sobre management) que destacaba la diferencia entre ejecutar y planificar a través de una metáfora que diferencia cuando hacemos de piloto frente a cuando hacemos de avión. La tarea de hacer de piloto desde el punto de vista de la planificación personal consiste en fijar el destino donde queremos llegar, así como diseñar la ruta y camino para lograrlo, es decir, planificar. En esa faceta deberíamos pasarnos, al menos, el 10% de nuestro tiempo para asegurarnos que vamos a hacer lo correcto. Por el otro lado, está nuestra otra faceta, cuando hacemos de avión, es decir, nos dedicamos durante toda la semana a ejecutar durante la semana lo que había reflexionado y elaborado el piloto. Siendo avión, pasamos la mayoría de nuestro tiempo si bien, como muchas veces hemos hablado, con demasiadas distracciones, lo cual nos hace perder efectividad y nos supone malgastar recursos. Cuando haces de piloto, estás reflexionando sobre cómo vas a invertir tu tiempo la próxima semana, al igual que planificas cómo inviertes y gastas tu dinero. Ambos conceptos, tiempo y dinero, son mucho más semejantes de lo que pensamos, pero tenemos que reconocer que le damos menos importancia a malgastar tiempo que a malgastar dinero. Llegados a este punto, nos adentramos en unas primeras reflexiones interesantes: ¿Qué porcentaje de tu tiempo dedicas a hacer de piloto frente a hacer de avión? ¿Lo haces de manera sistemática cada semana? ¿Cuánto tiempo pasas haciendo de avión en multitarea o con demasiadas distracciones frente a lograrlo con la mayor eficiencia posible? Metodología de organización: tu semana ideal En algunos casos han llegado incluso al siguiente nivel, habiendo elaborado una semana ideal muy alineada con lo realmente prioritario. El concepto de semana ideal pretende diseñar una semana tipo que está muy orientada a lograr trabajar en lo más importante en las proporciones adecuadas. Además, debes lograr mantener tus niveles de energía en estado óptimo de lunes a viernes, y con la sabiduría de aprovechar el fin de semana para recuperar energías y volver con su mejor versión los lunes. Por supuesto que no todas las semanas serán iguales, pero sí que el tener como base esa semana ideal es de gran ayuda pues nos da una buena base previo para el ejercicio de planificación semana. Formas de hacer de piloto hay muchas si bien, algo que siempre nos encontramos entre las personas más efectivas, es que tienen muy ritualizado y sistematizado cuándo hacen de piloto a través del hábito de planificar la siguiente semana. Lo llevan haciendo años y no conciben empezar un lunes sin tener ese plan semanal perfectamente reflexionado. Es lo que en el método FASE, nuestro curso de liderazgo gerencial, llamamos el hábito del plan semanal, uno de los hábitos más importantes de esta metodología de organización del tiempo. Nosotros lo entendemos de una manera más estructurada de lo que nos solemos encontrar en nuestros clientes, que en muchos casos es una simple revisión de las reuniones o viajes que tienen la próxima semana. Lo ideal es un ejercicio algo más profundo y perfeccionado que no por eso debe ser largo y tedioso. Esto no es garantía de éxito en cuanto a la efectividad, si bien sí que nos ayudará realmente a asegurarnos que no vamos a malgastar nuestro tiempo la siguiente semana sin posibilidad de reacción. Planificación del tiempo: claves para preparar tu semana ideal La planificación del tiempo de tu semana ideal se basa en dedicar una hora a estructurar y planificar tu siguiente semana. Nuestra primera recomendación es que te fijes una franja fija para todo el año con el título, PLAN SEMANAL en tu calendario y que lo respetes evitando ponerte reuniones en esa franja (o mejor, busca una franja horario donde la posibilidad de imprevistos sea baja). Existen personas que realizan esta planificación el viernes por la tarde; otras, el domingo y algunas, los lunes como primera tarea de la semana, aunque yo no te recomiendo esta última opción, pues si el lunes empieza con alguna circunstancia inesperada, quizá empecemos esa semana sin planificarnos. El proceso de organización del tiempo de la semana siempre es el mismo: Reflexión sobre los logros de la semana anterior con autocrítica constructiva sobre cómo te has organizado y los objetivos que has logrado según lo planificado. Vista a 3 semanas vista por si hay algún evento que tengamos que considerar desde esta semana para preparar o trabajar sobre él. Revisión de citas y reuniones en detalle de la próxima semana, teniendo en cuenta las más destacables pero también si hay alguna que sobra. Introducción de los momentos individuales para trabajar tareas de alto rendimiento a diario adaptándolo a los huecos y espacios disponibles para ello. El modelo de trabajo híbrido Es importante que también consideres y reflexiones sobre qué días vas a ir a la oficina y qué días te vas a quedar en casa a trabajar en remoto, si tienes esta posibilidad. Y es que, lógicamente, tendrá consecuencias en tu propia planificación a la hora de asignar actividades a realizar cada día de la siguiente semana. Algunas son más idóneas para trabajar desde casa, y por el contrario, otras más colaborativas para trabajarlas en la oficina. La organización del tiempo es una tarea fundamental en el trabajo, que nos ayuda a la planificación de horarios y resolución de futuros problemas. Esto supone un ejercicio de observación y descripción de los acontecimientos para establecer un punto de partida, una línea base que nos dé información de los problemas que pueden estar apareciendo, de su frecuencia, intensidad y/o duración. Con un planificador semanal tendrás una guía para planificar tus meses, semanas y días, desde las prioridades para así conseguir tus objetivos.
Si a nivel directivo existe una problemática, que por mucho que pase el tiempo, sigue estando como Top 1 de las mayores quejas, motivos de desánimo e incluso me atrevo a asegurar despilfarros en las organizaciones, es la que hace referencia a las reuniones. Así, hoy os hablaremos de cómo tener reuniones de trabajo efectivas. Muchas personas tienen días, semanas y meses llenos de reuniones mientras se les van acumulando e incrementando los temas de importancia pendientes de trabajar por falta de tiempo. Esto acaba siendo una excusa perfecta para procrastinar y retrasar el tiempo que debemos dedicar a los temas de verdadera relevancia. Finalmente, los dejamos para el último momento, finalizándolos con poca calidad y generándonos estrés. Y los meses, las semanas y los días pasan. Lo preocupante es que cada vez más, constato que esta situación en lugar de mejorar, empeora. Además, con la llegada del trabajo en remoto, estas situaciones han ido a más, pues todo ahora conlleva un zoom o un teams. En definitiva, un círculo vicioso en el que ya estábamos y del que no salimos. El coste de esta ineficiencia es principalmente de dos tipos: A nivel organización, su ineficacia tiene unas consecuencias económicas muy elevadas (probablemente no existe un despilfarro silencioso comparable en las empresas). A nivel personal, además, provoca un efecto muy negativo sobre la motivación y consecuentemente el compromiso de los empleados. Es una sensación realmente incómoda estar en mitad de una reunión pensando: “¿qué hago yo aquí?, ¿por qué estamos hablando de esto?, llevamos una hora sin resolver nada”; y otros pensamientos negativos que generan algunas de esas reuniones poco efectivas. Sin dejar de lado el efecto de agotamiento que supone estar pegado a una pantalla durante 5 horas sin parar empalmando reuniones. El problema de las reuniones de trabajo es que las problemáticas tienen doble naturaleza. Por una parte son demasiadas. Por otra parte, no funcionan bien. Por ello, en nuestra formación a directivos y managers desde el método FASE, curso de liderazgo gerencial, lo primero que abordamos es el análisis de las reuniones que tienen agendadas. En el 99% de los casos, descubrimos que no sólo tienen demasiadas pero es que además, no están las que deberían ser lógicas según sus prioridades. Un directivo que lleve a cabo este ejercicio con técnica y coherencia logrará ganar como mínimo un 10% de tiempo de su agenda. Y lo segundo que abordamos es cuán efectivas son esas reuniones. Aquí nos encontramos con algunas sorpresas. En algunos casos, se hizo un esfuerzo por tener reuniones productivas pero con el tiempo se ha ido distorsionando, influido en parte por el trabajo y las reuniones en remoto (también encontramos muchas diferencias entre distintas áreas motivado por la influencia de líderes que apuestan más o menos por mejorar en ello). En otros casos, incluso no se ha abordado el tema si bien sigue siendo un motivo de queja, malestar, comentario pero sin solución. No hay que dejar de reconocer que el tema de las reuniones de trabajo efectivas, tiene una alta complejidad que justifica una reflexión y solución. Sin embargo, es muy inferior a muchas de las problemáticas que nos encontramos en nuestros mercados competitivos o en esos entornos, ya no VUCA sino BANI, que es como se les denomina ahora. En el caso de que lideremos una organización o tengamos cierto poder de influencia, debemos preguntarnos cómo estamos ayudando para evitar reuniones mal convocadas, mal organizadas, mal dirigidas y sin conclusiones claras. Probablemente no estemos haciendo nada, bien porque se intentó y no se logró o bien porque existen muchos otros problemas que aparentemente son más prioritarios. Cómo planificar una reunión de trabajo Así, os damos unas claves para la gestión de reuniones efectivas: Crear un protocolo de actuación general sobre reuniones Directrices que van desde señalar el propósito de la reunión hasta cómo crear el acta posterior pasando por normas generales de funcionamiento. Aquí es positivo tener un coach ejecutivo que ayude en esta fase, pues la voz experta externa, además de tener credibilidad, ha liberado procesos de impulsar el cambio en muchas ocasiones bajo esta problemática. Ponerlas en común, además de crear círculos internos de mejora Todo ello para escuchar opiniones que las enriquezcan dejando un modelo claro de prácticas generales y reflexiones (por ejemplo, no se fijarán reuniones antes de las 10 horas y después de las 17 horas). Formar a las personas en todo ello Pues lo que aparentemente es evidente y sencillo, requiere de un proceso de asimilación. Que el equipo directivo lidere El equipo directivo debe liderar desde el ejemplo sin permitir excepciones y con ciertas dosis de exigencia. Se trata de una de los principales características de un líder. No olvidar todos los condicionantes y nuevas problemáticas El trabajo remoto está teniendo muchas problemáticas que es necesario revisar con detalle en relación a las videollamadas via zoom o teams (desde el hecho de pedir que las cámaras estén encendidas hasta normas para pedir la palabra pasando por la necesidad de tener un buen sonido o evitar ruidos de fondo). No podemos olvidar lo mucho que puede llegar a afectar el remoto en este sentido. Estos datos de un estudio de FORBES son muy ilustrativos con respecto a las consecuencias de las reuniones en remoto en las personas: 40% de empleados han sufrido cansancio continuo debido a las videollamadas. 52% de empleados dicen que ruidos de fondo o mala calidad del sonido les afecta su atención y seguimiento de las reuniones. 38% de empleados señalan que las reuniones virtuales les dejan al final de la semana exhaustos y el 30% se sienten estresados por ello. Cómo nos ayudarán las reuniones de trabajo efectivas En definitiva, si lideramos este proyecto de mejora de las reuniones de trabajo efectivas en número y en calidad, paulatinamente, la organización interiorizará esta nueva forma de mejora operacional. Esto se traducirá con total seguridad en una de las mejoras productivas de mayor impacto económico y emocional. El resultado se puede anticipar: mayor disponibilidad […]
El autoliderazgo es, en mi opinión, la primera característica de un buen líder para poder desarrollarse como un guía inspirador con además, claras consecuencias sobra una carrera plena y de éxito no sólo a nivel profesional sino también a nivel personal. Así es como en este artículo vamos a explicar qué es el autoliderazgo y por qué es tan importante en directivos y ejecutivos. Qué es el autoliderazgo El autoliderazgo es ante todo una actitud en el trabajo que marca la diferencia en un profesional, significa poder de influencia sobre ti mismo, tu estado emocional y tus metas. Es una actitud de responsabilidad ante los retos profesionales. A través del autoliderazgo diriges tus esfuerzos a la consecución de los objetivos –actitud proactiva– con independencia del entorno y las circunstancias. En relación con esto, el psicólogo Julian B. Kotter define como un rasgo central de la personalidad el ‘Locus de Control Interno vs el Locus de Control Externo’. Estos conceptos, trasladados al entorno laboral, se traducirían en tener la sensación de control sobre tu destino profesional frente a considerar que los factores externos condicionan tu desarrollo y oportunidades de éxito. Implica iniciativa personal para superar los retos y las adversidades frente a la queja y la culpabilidad al entorno. El trabajo que han hecho estos últimos años personas como Victor Kuppers, Emilio Duro y otros muchos conferenciantes al influir en la actitud de las personas frente a los problemas es incalculable. Son muchos los que cada vez más se rigen por el locus de control interno evitando la queja y el lamento. No obstante, no podemos olvidar que el autoliderazgo es también una habilidad que conduce a la efectividad personal, o sea, lograr eficiencia y eficacia o lo que es lo mismo alcanzar los objetivos más determinantes con el menor nivel de recursos posibles. Se suele decir que somos lo que pensamos y sentimos, pero sobre todo somos lo que hacemos y logramos para lo cual se requiere productividad personal. Un buen líder debe demostrar capacidad para lograr sus objetivos y para ello es fundamental liderar nuestras acciones y nuestra capacidad de influencia sobre las de los demás de una manera eficiente y efectiva, especialmente cuando somos líderes de un equipo del que también somos rol models. Ser efectivos en un nuevo paradigma Si en esta reflexión, añadimos todo lo que hemos vivido desde el comienzo de la pandemia, debemos introducir una nueva variable, y es la necesidad de lograr ser efectivos bajo las nuevas fórmulas híbridas y flexibles de trabajo que muchos equipos demandan y consideran innegociables. Los líderes tienen que mejorar su capacidad de organización sea cual sea la fórmula de trabajo. No obstante, deben hacerlo aprendiendo a trabajar mejor y no de más tanto por su propio bienestar, como por el efecto de contagio que tienen sobre unos equipos que demandan más autonomía y flexibilidad. Por una parte, deben organizarse mejor para poder dedicar más tiempo individual y de calidad a cada uno de los miembros de sus equipos para poder medir y valorar sus avances en resultados, frente al modelo de controlar sus horarios y su aparente dedicación al trabajo y para que sus equipos perciban el interés genuino de sus líderes por ellos. Además, tienen que saber culturizar en todo aquello que afecte a su bienestar personal y acompañarlos a encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional mayor, algo que va más allá de café gratis o clases de yoga en la oficina. Aplicar una metodología para autoliderarse Todo esto es sencillo de entender pero en la práctica, el poder influir en la mejora de la efectividad y productividad de nuestros líderes y sus equipos no resulta tan sencillo. No podemos olvidar que para desarrollar y mejorar en el autoliderazgo desde el punto de vista competencial, necesitamos, como en muchos otros ámbitos, una metodología que nos ayude y acompañe en ese crecimiento y mejora de nuestra organización y gestión del tiempo. Es en este punto donde se hacen imprescindibles sistemas y herramientas como el método FASE, un curso de liderazgo gerencial que además de mejorar la productividad personal, refuercen otros pilares clave para autoliderarse de una manera integral. Es clave incidir positivamente en tu energía física, emocional y cognitiva así como en la capacidad para liderar y alinear prioridades con sistemas no intrusivos ni cargados del rechazado micromanagement. Y por esto más que nunca, las empresas deben aprender del pasado para mirar al futuro. No pueden obviar su responsabilidad y deben invertir en mejorar el autoliderazgo de las personas de su organización. Lograrán así una importante ventaja competitiva en este actual entorno que algunos denominan incomprensible, no lineal y ansioso (de entornos VUCA a entornos BANI) disponiendo de líderes diferenciales. Todo redundará en una mejora del engagement y compromiso en la organización como consecuencia de una mayor felicidad laboral de tus empleados, y no debemos olvidar también de sus líderes. Así es el manejo de equipos de trabajo desde la distancia.
Muchas personas aún andan confundidas sobre las claves del éxito empresarial y profesional. Lo simplifican pensando que es un tema de horas y esfuerzo frente al concepto de trabajar de manera efectiva, o como nos gusta denominar a nosotros, trabajar mejor y no de más. Consideran que, para lograr ser un ejecutivo de primer nivel, o mantenerte como un empresario de éxito, es necesario trabajar más que nadie y vivir única y exclusivamente para ello. Si fuera así, sería demasiado sencillo. Tener éxito a nivel profesional, es mucho más complejo que meterle 14 horas al día. Es un tema de equilibrio, visión, foco, energía, equipo… Y eso no se consigue con horas precisamente, sino con cabeza, serenidad y método y disponer de intencionalidad coherente. Cada vez me merecen más respeto, aquellos que a medida que van alcanzado puestos de más responsabilidad, más interiorizado tienen que deben de lograr mantener un equilibrio entre su vida profesional y su vida personal. Logran entender que la fortaleza emocional que aporta ese equilibrio, es y será clave de cara al desarrollo de la resiliencia o la capacidad de ser mejor, cuando las cosas se ponen peor como la definimos en el libro sobre coaching empresarial los 6 PILARES DE LA RESILIENCIA. En el extremo contrario me encuentro con personas que se meten en una dinámica de excesivas horas de trabajo, muchas de ellas improductivas y con falta de foco. Esto, además, acaba revirtiendo en vidas personales muy pobres lo que les lleva a un círculo vicioso de deterioro continuo y progresivo que suele acabar en los burnouts que tan extendidos están ahora. No tengo que pensar más que en mí mismo hace unos años para ver ese modelo de vida profesional que hay que evitar por todos los medios. El problema es que cuando estás metido en esa dinámica no lo ves, y casi no eres capaz de escuchar las voces que pretenden ayudarte. Y como en todo, nada mejor que observar a aquellos que son sabios para luego ayudar a aquellos que, por lo que sea, no están siendo capaces de salir de ese círculo vicioso de horarios excesivos, tensiones continuas, fines de semana sin disfrute. Y, por supuesto, con los mínimos descansos, pues siempre encuentran algo urgente que hacer. Frente a ello, existe el modelo al que nosotros hemos denominado Balanced líder, personas con vidas profesionales intensas si bien, con un equilibrio entre su vida personal y profesional trabajado y logrado proactivamente. Gracias a ello, su mejor versión es la que va a trabajar. Y gracias a esa productividad laboral, su mejor versión es la que vuelve a casa a disfrutar con atención y estabilidad emocional. Afortunadamente conocemos muchos ejemplos y casos de éxito. Tenerlos cerca es un regalo de la vida porque es realmente admirable cómo han sabido gestionar su carrera profesional, como ejecutivos o como empresarios o profesionales liberales, y mantener al mismo tiempo una vida personal plena y llena de inquietudes y actividades. Personas que han encontrado la fórmula del éxito. Normalmente suelen cumplir un patrón que afortunadamente nuestro curso de liderazgo gerencial, el método FASE, ayuda a ello. Lo resumimos en lo que he denominado el decálogo de los grandes sabios profesionales, las claves de éxito de un negocio. 10 claves del éxito empresarial Gran equipo equilibrado Se han rodeado de un equipo potente y equilibrado con quien mantienen una relación de confianza y proximidad, pero a quienes evalúan con exigencia en base a resultados. Foco en lo importante Tienen perfectamente identificado cuáles son las claves y palancas del negocio y a eso le dedican principalmente su foco y atención plena. Dedicar tiempo a actualizar su 20-80 es innegociable. Equilibrio físico y emocional Los que han logrado el éxito empresarial y profesional son muy conocedores de lo que necesitan para estar siempre a su máximo nivel emocional y físico. Por tanto, no fallan ni en la práctica del deporte, ni en aquellas actividades personales que les equilibran a nivel emocional como puede ser viajar con sus familias o dedicar tiempo a hobbies personales. Automotivación Han aprendido a hacerse fuertes en las situaciones difíciles manteniendo un nivel de positivismo y alegría, en ocasiones algo forzadas (como bien recomienda Amy Cuddy en su Ted Talk) pero que saben que es necesario para evitar el desánimo, que jamás suma. Afrontan los problemas Otra de las claves del éxito es afrontar los problemas de cara, y además, desde la comunicación directa, sin dejar que pase el tiempo. Las personas que lo aplican saben que posponer lo difícil o espinoso nunca trae nada bueno. Uso del tiempo Son personas con una gran habilidad en su organización, pues saben perfectamente el coste que tiene perder el tiempo y no aprovecharlo bien. No están dispuestos a renunciar a una vida personal y equilibrada, pero para ello deben ser extremadamente eficientes y eficaces en el trabajo. Escuchan Escuchan y preguntan, pues saben que la soledad del poder te vuelve inconsciente de muchas cosas que ocurren y, por ello, es necesario que otros amplifiquen tu visión. Y en muchos casos tienen en su propia pareja, con gran sentido común, una gran aliada con la que comparten preocupaciones y opiniones. Por último, observan y analizan a otros para aprender de ellos tanto lo que deben hacer como lo que no deben hacer. Positivos realistas Como hemos dicho, afrontan las dificultades con valentía y sin retraso, pero por encima de todo, con el positivismo consecuencia de haber trazado un plan por escrito para encararlos con éxito. Lo que no está escrito, no existe. Desconectan Logran no llevar los problemas a casa, pues son conocedores que el seguir pensando en el trabajo de manera obsesiva no es positivo. Les acaba afectando a la calidad del trabajo posterior y por ello logran aislarse del trabajo todo lo que pueden. Ayudan Les gusta ayudar a otros y cuidan su marca personal. Este cuidado de su imagen y marca personal les vuelve lo suficientemente estratégicos para llevar una vida llena de equilibrios logrando ese éxito empresarial. Y cuando uno se encuentre en […]