10 claves para recuperar nuestra capacidad de concentración.

Hoy en día la atención plena es algo que escasea y se ha convertido en diferencial.

La gran mayoría de nuestros clientes, cuando les hablamos del tema de mejorar la posibilidad de trabajar sin interrupciones durante ciertos periodos de tiempo, nos redirigen la conversación hacia la problemática en sus hijos.

Siempre les decimos lo mismo: ¿y tú? ¿No estás preocupado por ti?

La pregunta sobre cuántas veces a la semana logras estar concentrado en una misma tarea por 45 minutos sin hacer otra cosa es demoledora. Es dura.

La vida nos ha llevado a ello sin darnos cuenta. Ya no existe el trabajo con concentración. Y, aun así, las cosas salen bien teniendo que invertir más tiempo, con menor calidad de lo posible y además con un agotamiento inherente a ese cambio continuo de actividad.

Y cuando estamos con nuestros equipos, en esos momentos para ellos, muchas veces caemos en la inercia en la que estamos inmersos todo el día y practicamos la multitarea mientras estamos con ellos.

Ya podemos leer libros o asistir a talleres de liderazgo que de nada servirán si nuestros equipos no sienten que estamos realmente presentes.

Nada nuevo dicho hasta ahora. Cambiemos el mensaje derrotista y pensemos en qué podemos hacer para recuperar la capacidad de concentración:

1. Leer a diario: mejorarás tu concentración y además, disfrutarás de ese pasatiempo tan diferenciador.

2. Aléjate del móvil y de la conectividad: el control del entorno es más poderoso que tu fuerza de voluntad.

3. Ordena tu entorno de trabajo.

4. Ponte retos y ve mejorando progresivamente como cuando quieres mejorar con el running.

5. Evita comidas con alto índice glucémico porque siempre producen un bajón posterior.

6. Practica actividades que requieran concentración como deporte, yoga o cualquier otra actividad física que te exija estar concentrado.

7. Mejora tus rutinas de descanso y energízate cuando te notes agotado: un paseo, una mini siesta, una canción…

8. Prémiate cada vez que logres estar más de 30 minutos sin interrupciones.

9. Fija una serie de normas con tu entorno para que te respeten cuando estés concentrado.

10. Analízate cada día sobre qué te ha ido bien y qué te ha ido mal para concentrarte, pues irás aprendiendo sobre ti e introduciendo nuevas mejoras.

¿Se te ocurre alguna más que te haya funcionado? Somos todo oídos.