«Owning a Rolex isn’t nearly as cool as owning your time».
Jade Bonacolta from The Quite Rich.
Jade Bonacolta ha creado un concepto de vida denominado Quite Rich, que define la riqueza en términos de tiempo, experiencias vitales, relaciones y autoconfianza, más que en riqueza monetaria.
Por otra parte, Paul Altieri, escribe un post en la web de Bob’s Watches, afirmando que la identidad de quienes poseen un Rolex refleja un «Supreme Focus», es decir, estas personas se caracterizan por tener un foco muy claro y contundente en sus aspiraciones de vidas ambiciosas, alcanzando un nivel de determinación que sugiere que, si se desea, todo es posible.
Todo esto me ha hecho pensar con detenimiento en ello, posiblemente debido al concepto de FOCO que es uno de los pilares de nuestro Método FASE.
He considerado qué sería un mejor regalo para nuestros hijos: un Rolex o enseñarles a dominar su gestión del tiempo. Y, extendiendo esta reflexión a nuestros equipos, ¿qué es mejor? ¿Ofrecerles un bonus a final de año para que se puedan comprar un Rolex o invertir ese bonus en formación para que mejoren su gestión del tiempo y su efectividad personal, alineándose así con lo que Jade denomina «Quite Rich»?
He llegado a la conclusión de que, mientras decidimos entre el Rolex o la formación sobre efectividad individual, podemos comenzar por algo que indudablemente no tiene precio tanto para ellos como para los nuestros: Como líderes, debemos ser ejemplos a seguir en nuestra organización y gestión del tiempo para que ellos avancen hacia la consecución de resultados y se hagan merecedores del bonus.
Como padres o madres, si somos ejemplo de buena organización personal y gestión del tiempo, ayudaremos a nuestros hijos, en su preparación para el futuro, adquiriendo el mayor número de competencias diferenciales posibles. Y es evidente que la organización personal es una de ellas, siendo la base de muchas otras competencias diferenciales como el liderazgo y la resiliencia.