En el inicio de nuestras intervenciones con equipos directivos, siempre comenzamos con un proceso de autoevaluación sobre una serie de temas que influyen directamente en la efectividad personal y organizacional.
Lógicamente, la falta de energía no suele ser, en septiembre, una de las áreas de mejora más señaladas. Todos venimos, en mayor o menor medida, descansados tras las vacaciones.
Sin embargo, eso no significa que dejemos de insistir en la importancia de empezar a crear los hábitos y las rutinas que nos permitirán mantener ese buen nivel de energía a lo largo del tiempo.
Afortunadamente, muchos ya han aprendido que los fines de semana son para descansar y, además, saben qué hacer para recuperar energías. Pero, ¿es eso suficiente?
Desde nuestra experiencia, no siempre lo es. Es importante recordar que la semana abarca de lunes a domingo. Por eso, necesitamos ser intencionales durante la semana en cómo recargamos nuestras energías. A veces, son las pequeñas acciones las que generan grandes mejoras ❤️.
Aquí te compartimos tres claves sencillas que pueden marcar la diferencia:
- Proteger 30 minutos para comer desconectando por completo: En mi caso, me obligo a quitarme pantallas, móviles y demás distracciones.
- Dos paseos diarios, especialmente el de después de comer, para evitar el clásico bajón post comida: He descubierto que estas pausas son clave para mantener mi energía durante el día.
- Incluir alguna actividad de ocio y disfrute durante la semana: Incluso cuando viajo, me fuerzo mínimamente a ello.
Tres pequeñas cosas que marcan una gran diferencia.
Y tú, ¿eres intencional al planificar esas actividades que te recargan día a día?