El buen trabajo en equipo permite que personas ordinarias logren resultados extraordinarios sin depender de individualismos ni supuestos fueras de serie. Por ello, algunas empresas de éxito son capaces, a través de equipos muy cohesionados, de sacar lo máximo de sus profesionales.
Algunos clientes me trasladan tanto la dificultad de trabajar con otras nacionalidades como los problemas para entenderse entre departamentos poco afines y las muchas incoherencias y pérdidas de recursos por ello. Es normal, ya que en muchos casos nadie les ha capacitado para ello. Por ello, las empresas avanzadas a nivel recursos humanos tienen siempre en mente que el buen trabajo en equipo es una ventaja competitiva frente a sus competidores ya que, entre otras cosas, es difícilmente imitable. Invierten tiempo en crear dinámicas y acciones formativas que favorezcan mejoras en esta habilidad.
Consideramos importante reflexionar sobre cuáles son las claves y mejores prácticas que pueden facilitar el trabajo en equipo en las personas. Los líderes de las organizaciones deben esforzarse por extender su práctica entre sus equipos, máxime cuando es su responsabilidad al redundar en el beneficio de la organización:
1.- Un objetivo claro para todos: Todo el equipo entiende cuál es el verdadero objetivo y beneficio que se debe obtener de ese trabajo grupal. Preguntas que algunos se hacen de “yo no sé qué hago en este equipo” o “para qué estamos trabajando juntos en esto”, no deben darse.
2.- Planificación y asunción de responsabilidades :Debe existir desde el inicio un planning de trabajo que deje muy claro de qué se va a ocupar cada uno del equipo, es decir, su responsabilidad, los timming, así como qué temas se tratarán en discusiones abiertas.
3.- Respeto por la diversidad, pues suma: Es necesario respetar la diversidad y la forma distinta de trabajar o de ver las cosas de cada uno. Para ello, debemos de estar realmente convencidos de que formas distintas de ver y atacar los problemas siempre suman más que restan, pues sino, no se debería trabajar en equipo.
4.- Esfuerzo por mantener buenas relaciones y solucionar posibles conflictos: Deben existir una serie de normas para situaciones delicadas o de mayor tensión. Como buenos profesionales, se debe hacer un esfuerzo por mantener una buena relación entre los distintos miembros. Cuando dos personas tengan divergencias deben hablar el tema de manera independiente y rápida para solucionarlo. El buen profesional no deja que las diferencias personales afecten al grupo y realiza un esfuerzo para mantener un buen clima de trabajo. Las normas consensuadas previamente siempre ayudan.
5.- Reuniones periódicas y productivas: Será necesario establecer reuniones periódicas para conocer el status del proyecto que aborda el equipo. El lograr la productividad y el buen funcionamiento en estas reuniones será clave para el proyecto.
6.- Pararse a ver cómo van las cosas con cierta distancia: De manera periódica, hay que realizar una reflexión de cómo evoluciona el propio equipo en cuanto a las relaciones, la comunicación y los procesos de trabajo. Y por supuesto, se deberá corregir y actuar en consecuencia si existen desviaciones y problemas asumiendo, si se da el caso, errores iniciales.
7.- Uso de herramientas o registros: El disponer de una herramienta informática o fórmula para registrar todo lo que va aconteciendo de cierta relevancia es clave para evitar problemas e incluso para ayudar a detectar temas que necesitan aclaración.
El día a día no nos permite en muchas ocasiones invertir en conocer cómo estamos en muchos de estos temas y paradójicamente invertimos muchas horas en trabajar en equipo pero de la manera incorrecta, lo cual nos supone más tiempo y más recursos.
Es necesario pararse a reflexionar sobre este tema: ¿le estamos dando la importancia que requiere a enseñar a nuestros profesionales a trabajar en equipo de la mejor manera? ¿Damos el mismo feedback al desempeño grupal que al individual evaluando el desempeño de cada uno de los equipos que se crean de la misma manera que se da el individual?