¿Cuál es un fallo muy extendido a la hora de organizarse bien, que le ocurre a muchas personas que aparentemente trabajan mucho y están muy centradas en su trabajo?
El día 5 de enero cenamos con unos buenos amigos. Tuve una conversación con uno de ellos muy interesante. Es abogado, se llama Alfonso. Muy inteligente. Una persona además diez de carácter. Se interesa genuinamente por los demás y además sabe preguntar:
– Alfonso: «Agus, ¿ya has empezado esta semana con sesiones con clientes?»
– Yo: «Muy pocas. La mayoría de los clientes están aún de vacaciones, incluso los de fuera de España. Esos tampoco perdonan»
Alfonso: «Y entonces, ¿Qué estás haciendo esta semana que ya estás trabajando?«
– Yo: «Hacer lo más importante que hago todos los meses, aunque al ser principio de año, con algo más de tiempo. Dedicar tiempo a planificar el próximo trimestre. Dedicar tiempo a identificar lo más prioritario para luego asegurarme de que mi calendario, con sus reuniones, hábitos, rutinas y sistemáticas de los próximos meses, esté alineado con ello en las proporciones adecuadas.»
– Alfonso: «Cuéntame más, creo que te oí hablar de eso en un podcast hace poco.»
– Yo: «Lo llamamos STOP & THINK, y se trata de dedicar tiempo a planificar con intencionalidad respecto a nuestras prioridades.»
– Alfonso: «En eso justo fallo yo. ¿Por qué me cuesta pararme a pensar y planificar y, en cambio, luego puedo pasarme horas y horas en conversaciones con clientes o preparándome para un juicio? Y no soy capaz de dedicar unas horas a pensar y planificar»
– Yo: «Tranquilo, no estás solo. Le pasa a la mayoría de la gente. Es un absurdo de la naturaleza humana. No obstante, eres un abogado de éxito que además se te ve feliz, así que no tienes un problema grave, si bien te adelanto dos cosas: Sin planificación y reflexión suficiente, lo logras probablemente metiendo más horas de las necesarias. Ah, y por otra parte, te garantizo que aún no conoces tu mejor versión y lo que eres capaz de lograr, probablemente viviendo un poco mejor.»
💭La conversación dejó a Alfonso pensativo, cuestionándose su enfoque actual en el trabajo.
Este intercambio con Alfonso resalta un dilema común: somos capaces de trabajar largas jornadas, día tras otro, pero luego nos cuesta mucho dedicar tiempo a planificar. Y precisamente planificar, es la base del resto. Sin dedicar tiempo a pensar desde la distancia en cómo debemos planificar, tenemos muchas posibilidades de no trabajar en lo que realmente debemos lo cual es el mayor absurdo que existe.
📝 Reflexionar para planificar no solo mejora nuestra efectividad y nos asegura nuestra mejor versión profesional, si no que también nos permitirá mantener una vida equilibrada.