Muchas personas aún andan confundidas sobre el concepto de trabajar muchas horas frente al concepto de trabajar de manera efectiva. Consideran que para lograr ser un ejecutivo de primer nivel, o mantenerte como un empresario de éxito, es necesario trabajar más que nadie y vivir única y exclusivamente para ello. Si fuera así, sería demasiado sencillo. Es mucho más complejo que meterle 14 horas al día. Es un tema de equilibrio, visión, foco, energía… Y eso no se consigue con horas precisamente, sino con cabeza, serenidad y método.
Cada vez me merecen más respeto, aquellos que a medida que van alcanzado puestos de más responsabilidad, más interiorizado tienen que deben de lograr mantener un equilibrio entre su vida profesional y su vida personal. Logran entender que la serenidad emocional y la resistencia a largo plazo van a ser clave. En el extremo contrario me encuentro con personas que se meten en una dinámica de excesivas horas de trabajo, muchas de ellas improductivas y con falta de foco, lo cual además acaba revirtiendo en vidas personales muy pobres. No tengo que pensar más que en mi mismo hace unos años para ver ese modelo de vida profesional que hay que evitar por todos los medios. El problema es que cuando estás metido en esa dinámica ni lo ves, y casi no eres capaz de escuchar las voces que pretenden ayudarte.
Y como en todo, nada mejor que observar a aquellos que son sabios para luego ayudar a aquellos que, por lo que sea, no están siendo capaces de salir de ese círculo vicioso de horarios excesivos, tensiones continuas, fines de semana sin disfrute y los mínimos descansos, pues siempre encuentran algo urgente que hacer. Además nadie está libre de caer en esa trampa laboral, pues en ocasiones son las circunstancias de un determinado momento las que te van llevando a ello.
Entre esos sabios están mis grandes amigos: Jesús Suso y Luis Barros. Tenerlos cerca es un regalo de la vida porque es realmente admirable como han sabido gestionar su carrera profesional, uno como ejecutivo y otro como empresario, y mantener el mismo tiempo una vida personal plena y llena de inquietudes y actividades. Y como ellos, me voy encontrando otros que son siempre dignos de observación y mención.
Normalmente suelen cumplir un patrón que paso a resumir en lo que he denominado el decálogo de los grandes sabios profesionales:
1.- GRAN EQUIPO EQUILIBRADO: Se han rodeado de un equipo potente y equilibrado con quien mantienen una relación de confianza y proximidad, pero a quienes evalúan con exigencia en base a resultados.
2.- FOCO EN LO IMPORTANTE: Tienen perfectamente identificado cuáles son las claves y palancas del negocio y a eso le dedican principalmente su foco y atención plena.
3.- EQUILIBRIO FÍSICO Y EMOCIONAL: Son muy conocedores de lo que necesitan para estar siempre a su máximo nivel emocional y físico, por lo que no fallan ni en la práctica del deporte, ni en aquellas actividades personales que les equilibran a nivel emocional como viajar con sus familias.
4.- AUTOMOTIVACIÓN: Han aprendido a hacerse fuertes en las situaciones difíciles manteniendo un nivel de positivismo y alegría, en ocasiones algo forzadas (como bien recomienda Amy Cuddy en su Ted Talk) pero que saben que es necesario para evitar el desánimo, que jamás suma.
5.- AFRONTAN LOS PROBLEMAS: Son personas que afrontan los problemas de cara, y además, desde la comunicación directa, sin dejar que pase el tiempo. Saben que posponer lo difícil o espinoso nunca trae nada bueno.
6.- USO DEL TIEMPO: Son personas con una gran habilidad en su organización, pues saben perfectamente el coste que tiene perder el tiempo y no aprovecharlo bien. No están dispuestos a renunciar a una vida personal y equilibrada, pero para ello deben ser extremadamente eficientes y eficaces en el trabajo.
7.- ESCUCHAN: Escuchan y preguntan, pues saben que la soledad del poder te vuelve inconsciente de muchas cosas que ocurren y, por ello, es necesario que otros amplifiquen tu visión. Y en muchos casos tienen en su propia pareja, con gran sentido común, una gran aliada con la que comparten preocupaciones y opiniones.
8.- OBSERVAN: Observan y analizan a otros para aprender de ellos tanto lo que deben hacer como lo que no deben hacer.
9.- DESCONECTAN: Logran no llevar los problemas a casa, pues son conocedores que el seguir pensando en el trabajo de manera obsesiva no es positivo. Les acaba afectando a la calidad del trabajo posterior y por ello logran aislarse del trabajo todo lo que pueden.
10.- AYUDAN: Les gusta ayudar a otros y cuidan su marca personal. Este cuidado de su imagen y marca personal les vuelve lo suficientemente estratégicos para llevar una vida llena de equilibrios.
Y cuando uno se encuentre en el extremo contrario, con los depósitos de cortisol a máximos y con una sobre reacción y exceso de sensibilidad ante todo, mi recomendación personal es que actúen cuanto antes. De lo contrario, puede ser el principio del fin de lo muy anhelado y logrado.