Cada vez que me preparo una sesión formativa o conferencia para jóvenes emprendedores, siempre pienso en los casos de personas cercanas que, con el paso de los años, han pasado de ser jóvenes emprendedores a empresarios. Hace no demasiados años, esos mismos empresarios, nos contaban la idea que les rondaba la cabeza y por la que iban a dejar un puesto estable e incluso una aparente carrera prometedora. Sinceramente los veía como un poco temerarios cuando realmente eran personas valientes que confiaban en que lo iban a lograr. Hoy sólo puedo sentir respeto y admiración por ellos, máxime con la reciente crisis que han logrado pasar y tras la cual son todavía más empresarios.
Chema apostó por el marketing digital cuando casi nadie había detectado lo que venía en ese campo, montando su propia consultora y dejando una prometedora carrera directiva en marketing y ventas; Armando se lanzó a ser empresario en un sector bastante maduro como es el de las empresas de trabajo temporal tras formarse concienzudamente para ello con un MBA Executive; Agustín, dejando un puesto directivo en Mercadona más que prometedor, creó una empresa basada en el capital intelectual ingenieril que amplía año tras año sus oficinas en Madrid y Valencia, con ya 200 ingenieros a su cargo; Borja dejó un gran puesto en una empresa líder en publicidad y montó su propia agencia desde cero… Y así podría enumerar más casos que tengo cerca. Realmente el sector que eligieron es lo que menos ha influido en su éxito, pues la mayoría de causas que hacen que los empresarios fracasen son problemas internos y no las circunstancias de mercado. Me gusta recordar lo de que no existen buenos ni malos sectores, sino más bien buenos y malos gestores.
Y esto es precisamente lo que intento trasladar en las conferencias o formaciones a los jóvenes emprendedores. Les intento evidenciar de la manera más gráfica posible, lo que tanto por lo que leo como por lo que observo, va a ser más determinante para aumentar su probabilidad de éxito. Lo normal es que me encuentre personas que están invirtiendo cientos de horas en mejorar y desarrollar su producto o servicio. Por desgracia eso no es suficiente para lograr convertir sus brillantes ideas en empresas rentables y sostenibles. Existen varias características que suelen ser verdaderamente las discriminantes y determinantes. Una es la resiliencia pues han aguantado mucho en momentos de dificultad, logrando crecerse ante la adversidad. En definitiva, son capaces de ser mejores, cuando las cosas se ponían peor. Y por otra parte, tienen una cualidad que les caracteriza y es que son personas que trasmiten mucha confiabilidad, es decir, inspiradoras de confianza tanto para bancos, inversores, proveedores, clientes… Además entienden que además de mejorar su producto o servicio, deben aprender a venderlo pues sino, no tienen realmente nada. Invierten muchas horas en conocer realmente a sus clientes y en lograr entender qué hará que les compren o no o qué deben modificar de sus ideas iniciales para lograr hacer algo que sea realmente único y valorado por sus clientes. Y por ello, quieren aprender a vender y a conocer a sus clientes e invierten horas en ello, semana tras semana. ( Ver artículo previo sobre ventas “Mi problema es que no se vender”).
Y por último, les insisto en que para lograr sobrevivir deben rodearse de talento formando un buen equipo y exigiéndose ser un buen líder del mismo. El talento humano es vital, pues además de todo, es verdaderamente diferenciador y difícil de imitar y copiar por la competencia. Soy obsesivo en dedicar tiempo a pensar sobre qué tipo de personas necesitas en tu equipo para luego invertir mucho tiempo en localizarlas y convencerlas para que se unan a ti. Corremos demasiado en la selección de personas y eso es un error. Hire Slow.
Algo está cambiando en este mundo del emprendimiento desde el momento en que ves a jóvenes ingenieros ilusionados siguiendo una charla sobre ventas e interesándose realmente por el tema. Y por último añadir que las universidades finalmente han comprado esta idea de formar en ventas y habilidades, dejando de pensar exclusivamente en física, álgebra o marketing y finanzas.