LIDÉRATE 15ª Edición con un nuevo capítulo sobre la IA para aumentar tu productividad personal ¿Es la IA la nueva calculadora de la productividad personal? Recuerda cómo Excel revolucionó nuestra manera de trabajar con números. Hoy estamos ante un momento similar con la IA, que está revolucionando muchas de las tareas diarias que realizamos. Por eso, en la 15ª edición de Lidérate, hemos añadido un capítulo específico sobre cómo integrar la IA en nuestra efectividad diaria. En nuestra experiencia acompañando a directivos, hemos observado algo revelador: la IA no es el futuro, es el presente y es nuestro gran aliado para ganar tiempo. Un reciente estudio de Harvard Business School lo confirma: los profesionales que integran la IA de manera estratégica mejoran la calidad de su trabajo hasta en un 40%. Al igual que la llegada del ordenador en su momento, la IA es una herramienta que debemos aprender a usar para ganar eficiencia y tiempo. Sin embargo, el verdadero desafío sigue siendo cómo empleamos ese tiempo ganado para enfocarnos en nuestras verdaderas prioridades, en lo que realmente importa. La IA se convierte en un aliado crucial para liberar tiempo y energía y poner el foco en lo realmente prioritario. Tres claves que comparto en este nuevo capítulo: Identifica tus tareas automatizables. Libera tiempo con IA generativa y aplicaciones específicas. Reinvierte ese tiempo en prioridades estratégicas. La pregunta ya no es si debemos usar la IA, sino cómo la utilizamos para potenciar nuestra efectividad 🎯.
Archivos del Autor: Gabriela Morales
Son cada vez más compañías las que, al operar en entornos realmente complejos y con alta exigencia, encuentran necesario: Identificar que el equilibrio implica aspectos mucho más profundos que simplemente nuevas oficinas o programas de bienestar aislados. Ambicionar un cambio transformacional en sus formas de trabajo, dando más peso a la priorización, planificación, eficiencia en el día a día y cuidado las energías. Compartir y liderar de arriba hacia abajo, si bien con un feed-forward con propuestas de abajo hacia arriba. Un proyecto de todos, con co- responsabilidad de todos. Saben que no existe una fórmula mágica, pero consideran que deben comenzar con algún método que les sirva de marco compartido para lograr una mayor efectividad individual y grupal. Buscan una fórmula que les permita alcanzar los resultados necesarios, ganando sensación de control en el día a día y manteniendo los niveles de estrés bajo control. Todo ello, con una fórmula que permita vidas armónicas entre lo personal y lo profesional. Así surgen muchos viajes con el equipo de Método FASE. Afortunadamente en muchos casos, reconocen que les está ayudando a mejorar la productividad y los resultados de sus equipos, independientemente de la complejidad del sector. Sumado a ello logran algo que consideran innegociable: Una mejora progresiva del equilibrio entre la vida personal y profesional, con independencia de lo complejas que sean sus posiciones o sus circunstancias personales.
La calidad de tus SÍES depende de la cantidad de tus NOES ¿Alguna vez has sentido que el día a día te arrastra por lo mucho que te reclama, dejando la duda de si estás diciendo que SÍ a demasiadas cosas? No estás solo. El 80% de los managers admite tener dificultades para decir «no», según un estudio de Harvard Business Review. Otro estudio, en este caso de la Universidad de California, encontró que decir «no» a tareas de baja prioridad puede aumentar la productividad hasta en un 20%. ¡Imagina lo que podrías lograr con un 20% más de tiempo y energía! Por lo tanto, en muchos casos, aprender a decir «no» podría ser la clave para lograr tiempo de calidad para temas realmente relevantes. Esto, además, enlaza con una revelación que me compartió un cliente recientemente sobre cómo aportar valor a la organización en temas que siempre había pensado que eran muy complejos, como la estrategia para los próximos cinco años. Me dijo: «Descubrí que definir la estrategia no era tan complejo siempre y cuando le dedicara tiempo de calidad con suficiente anticipación». ¿Te suena familiar? En muchas ocasiones, los temas que tenemos que abordar no son tan complejos, sino que la falta de tiempo y espacio mental para afrontarlos se debe a los muchos otros temas de menor importancia a los que decimos que sí. Aquí es donde entra en juego el ‘No’ estratégico. Pero, ¿cómo implementamos esto en la práctica? Aquí hay tres estrategias que he visto funcionar: Prioriza implacablemente: Cada mes y cada semana, identifica por escrito los temas más importantes. Todo lo demás es negociable. Crea una cultura en relación a este tema dando visibilidad a tu equipo: Enseña a tus colaboradores a evaluar el valor de trabajar en lo realmente clave, tanto en tu nivel como en el suyo. Por eso es importante saber decir que no a determinados temas sin miedo a lo que pueda ocurrir. Comunica con claridad: Un «no» bien explicado es mejor que un «sí» a medias. Ofrece alternativas cuando sea posible o simplemente rechaza explicando el porqué. En mi experiencia personal, implementar estas prácticas no solo aumentó nuestra productividad, sino que también redujo el estrés y mejoró la satisfacción del equipo. Resulta que decir «no» nos permitió decir «sí» a lo que realmente importaba.
APRENDER MINDFULNESS o TENER OFICINAS BONITAS no es suficiente para evitar los crecientes niveles de burnout ni para lograr vidas equilibradas cuando uno desea disfrutar de ambos ámbitos (personal y profesional) de manera no excluyente. Evidentemente, estos elementos aportan beneficios, pero son insuficientes. La experiencia demuestra que todo pasa por dedicar tiempo a aprender de verdad a organizarnos. Además, se convierte en un tema cultural dentro de las organizaciones: si no hay un cambio de arriba hacia abajo (top-down), será imposible combatir la excesiva carga de trabajo y el estrés. Mucho menos podremos lograr vidas equilibradas bajo determinadas circunstancias personales o profesionales. Existe una solución, pero implica un proceso de cambio tanto individual como grupal, basado en un método común. Este método se aprende, se analiza cómo interiorizarlo y se introducen cambios a nivel personal y grupal en las formas de trabajo. Paso a paso, se avanza en todos los niveles de la organización. Precisamente, esto es lo que hemos liderado con PEPSICO y el MÉTODO FASE en los últimos años; ayudando a superar esta problemática: No sabemos bien cómo organizarnos. Esta es una carencia del sistema educativo, similar a la falta de educación emocional en su momento. La tecnología vino para ayudar, pero solo lo logra con un uso correcto. Para muchos, se ha convertido en lo contrario: un robatiempos y un mal hábito. La nueva forma de organizarnos para ser más efectivos, desde el MÉTODO FASE, implica la introducción de nuevos comportamientos. Con el tiempo, estos comportamientos se transforman en hábitos y rutinas que permiten mantener una forma de trabajo efectiva a largo plazo. Es, en esencia, un cambio de identidad individual. A nivel empresarial, este cambio lleva a una transformación colectiva que impacta la cultura de la organización, como ha ocurrido en PEPSICO. Es un proceso similar al que ocurre cuando alguien introduce el deporte y una alimentación saludable en su vida. Comienza por adoptar nuevos comportamientos, como decir: Yo hago deporte. Con el tiempo, cuando se convierten en hábitos, uno dice: Yo soy deportista. Lo mismo sucede con la organización y la efectividad. De esto y mucho más hablaremos en el evento el día 15 de octubre a las 09:30. Si deseas asistir, envíanos un correo a gabriela@agustinperalt.es.
Al trabajar con equipos directivos, siempre resaltamos la importancia de adquirir nuevas habilidades que potencien la efectividad personal y organizacional. Hoy en día, una de esas habilidades es el uso de la IA. No te preocupes, no hablamos de aprender todos los tecnicismos que rodean este campo. Nos referimos a dar ejemplo mediante el uso adecuado de la IA para hacer más eficientes nuestras tareas diarias, con un único objetivo en mente: ganar tiempo. Tareas como resúmenes de reuniones, la preparación de presentaciones, aprender nuevos temas o redactar correos son algunas de las actividades que enfrentamos a diario, y la IA puede optimizarlas. Así, no solo ahorramos tiempo, sino que también, en muchos casos, mejoramos la calidad de los resultados. Ese tiempo ganado es oro, porque podemos dedicarlo a los temas donde realmente aportamos valor. Uno de esos temas clave es disponer de más tiempo para nuestros equipos. Por eso, invertir tiempo en aprender a usar la IA para optimizar nuestras actividades individuales tiene un retorno muy claro: más tiempo y más energía, algo que siempre sentimos que nos falta. Adquirir esta habilidad exige un compromiso por parte de los líderes. Es esencial una primera fase de formación en IA que proporcione una base sólida. Luego, con práctica continua, se fortalece ese «músculo» digital, y poco a poco, los líderes pueden influir positivamente en sus equipos para crear una cultura en torno a la IA. Es como cuando aprendimos a utilizar el correo electrónico o las hojas de cálculo. La IA debe convertirse en una herramienta tan habitual como esas tecnologías, pero con una capacidad mucho mayor para transformar cómo trabajamos. Ya vivimos algo similar con la incorporación de los ordenadores y otros programas. La diferencia es que el impacto de la IA es aún mayor y las oportunidades que nos brinda son casi ilimitadas. Entonces, ¿Cuánto más vas a esperar para empezar a practicar y aprender a usar la IA en tu día a día? Pocas habilidades tendrán un ROI tan significativo en términos de tiempo y energía.
En el inicio de nuestras intervenciones con equipos directivos, siempre comenzamos con un proceso de autoevaluación sobre una serie de temas que influyen directamente en la efectividad personal y organizacional. Lógicamente, la falta de energía no suele ser, en septiembre, una de las áreas de mejora más señaladas. Todos venimos, en mayor o menor medida, descansados tras las vacaciones. Sin embargo, eso no significa que dejemos de insistir en la importancia de empezar a crear los hábitos y las rutinas que nos permitirán mantener ese buen nivel de energía a lo largo del tiempo. Afortunadamente, muchos ya han aprendido que los fines de semana son para descansar y, además, saben qué hacer para recuperar energías. Pero, ¿es eso suficiente? Desde nuestra experiencia, no siempre lo es. Es importante recordar que la semana abarca de lunes a domingo. Por eso, necesitamos ser intencionales durante la semana en cómo recargamos nuestras energías. A veces, son las pequeñas acciones las que generan grandes mejoras ❤️. Aquí te compartimos tres claves sencillas que pueden marcar la diferencia: Proteger 30 minutos para comer desconectando por completo: En mi caso, me obligo a quitarme pantallas, móviles y demás distracciones. Dos paseos diarios, especialmente el de después de comer, para evitar el clásico bajón post comida: He descubierto que estas pausas son clave para mantener mi energía durante el día. Incluir alguna actividad de ocio y disfrute durante la semana: Incluso cuando viajo, me fuerzo mínimamente a ello. Tres pequeñas cosas que marcan una gran diferencia. Y tú, ¿eres intencional al planificar esas actividades que te recargan día a día?
Un año con la IA y el Método FASE Hace un año decidimos apostar por aprender todo lo que la IA podía aportar en nuestro campo de especialización: la efectividad y productividad personal. Nos propusimos como reto lanzar nuestro primer workshop de IA para la efectividad personal, dirigido a una reunión con CEOs que teníamos en la segunda semana de enero de 2024. Teníamos cuatro meses por delante para lograrlo. Fue una buena decisión, no solo por el valor que aportamos a nuestros clientes en esta área, sino también porque nos llevó a poner en práctica muchos cambios en nuestros propios procesos diarios: preparación de propuestas, aceleración del aprendizaje en determinadas materias, mejora de reuniones internas, gestión del correo electrónico… Hemos ganado mucha eficiencia y calidad gracias a que hemos combinado algo esencial en la IA: aprender sus posibilidades mientras las ponemos en práctica internamente. Esta semana hicimos una reflexión sobre la IA y la efectividad personal, aprovechando que se cumplía un año de nuestra especialización y del lanzamiento de la IA en el Método FASE. Estábamos satisfechos con lo logrado, ya que nuestro NPS (Net Promoter Score) era superior al 65%. Sin embargo, este dato era algo engañoso. Decidimos contactar a todos los participantes formados y los hemos podido dividir en dos grupos: Grupo 1: Algunos participantes han comentado que disfrutaron mucho del workshop, pero no han puesto en práctica lo aprendido, y se sienten mal por ello. Grupo 2: Otros han transformado completamente su forma de trabajar, logrando una mayor eficiencia y ganando hasta un día adicional a la semana gracias al uso efectivo de la IA. Esto no es éxito. Éxito sería que todos nuestros clientes estuvieran en el grupo 2. Por esta razón, hemos introducido un nuevo apartado inicial con principios y buenas prácticas para que los participantes puedan aprovechar al máximo nuestra formación en IA para la efectividad personal. Este paso adicional busca garantizar que los conceptos y herramientas presentados se utilicen de manera óptima, maximizando el impacto positivo en la productividad y el tiempo de nuestros clientes. Aquí van algunos de ellos: Autoevaluación y autoconocimiento intencional El primer paso es realizar un ejercicio de autoobservación y autoconocimiento. Es fundamental que los participantes identifiquen las áreas y temas más relevantes donde la IA puede ser aplicada en sus contextos específicos. Solo así podrán sacar el máximo provecho de las herramientas que ofrecemos. Adopción activa de la IA Nuestro reto principal no es solo que los clientes comprendan las posibilidades y técnicas de la IA, sino ayudarles a convertirla en un hábito diario. Queremos que, desde el día siguiente a la formación, comiencen a integrarla en sus actividades cotidianas de manera natural. Aprendizaje de técnicas y mejores prácticas En nuestra propia realidad interna, hemos probado y testeado cada herramienta y técnica, porque no hay mejor manera de aprender que aplicando directamente lo que enseñamos. Esto es lo que hemos hecho con todas las estrategias que el Método FASE ofrece actualmente, garantizando así que lo que compartimos está basado en nuestra experiencia práctica. Soporte continuo en su camino Durante los primeros meses de uso, es natural que surjan dudas. Muchos de nuestros clientes nos han pedido apoyo continuo con el tiempo, lo que refuerza la importancia de ofrecer acceso a nuestros expertos en IA. Así podemos responder a sus preguntas y resolver cualquier inquietud que surja después de las formaciones. Reflexión final Como expertos en IA para la efectividad, entendemos que el verdadero valor de nuestras formaciones no radica solo en el conocimiento técnico que impartimos, sino también en nuestra capacidad para ayudar a los participantes a integrar estas herramientas en su día a día. Además, el acompañamiento que les brindamos es clave para resolver dudas y optimizar el uso de la IA en su rutina. Por eso, el pasado viernes, Jorge y Gabriela añadieron una nueva sección en el workshop para un cliente: «¿Qué vas a hacer a partir de la semana que viene para avanzar con éxito?». Afortunadamente, fueron los propios clientes quienes agradecieron esta guía para sistematizar el uso de la IA. Siguiendo esta misma línea, Jorge abrirá su intervención en la conferencia del HUB de Sabadell el próximo 20 de septiembre, de 09:30 a 10:30, compartiendo los principios y aprendizajes clave que hemos mencionado. Estos son los que realmente marcan la diferencia para un uso efectivo de la IA… ¡para ser más efectivos, valga la redundancia! Inscríbete en la conferencia
El verano y las vacaciones son momentos perfectos para desacelerar, ser más observadores y disfrutar del presente. Me encanta observar cómo se comportan las personas en hoteles, aviones y restaurantes. Y hay un comportamiento que cada vez es más evidente: nuestra creciente adicción al móvil dopamínico y cómo nos tiene atrapados. Libros que se abren solo por unos minutos en las tumbonas antes de ser reemplazados por la pantalla de un teléfono. Comidas familiares o entre amigos donde todos están más atentos a sus dispositivos que a disfrutar de una buena conversación. Incluso en conciertos, donde parece que es más importante capturar el momento con la cámara que vivir la experiencia de un espectáculo en vivo. Recientemente, en un restaurante en México, nos entró un ataque de risa al escuchar la respuesta del camarero cuando preguntamos por el wifi: “La wifi aquí es: deje su celular”. Una forma brillante de recordarnos que la verdadera conexión no está en la red, sino en disfrutar de la compañía, de los buenos momentos y del entorno. ¿Te atreves a desconectar para realmente conectar? Conectar con momentos de trabajo individual de calidad en bloques de mínimo 30 minutos. Conectar en la escucha real y empática a alguien de tu equipo. Conectar prestando verdadera atención a tus hijos y pareja. Conectar en conversaciones con amigos. Conectar en leer un libro. Conectar en observar los comportamientos de las personas en reuniones. Conectar en observar cosas cotidianas que hemos dejado de observar.
Si algo he descubierto en estos últimos años, es el increíble poder de la escritura y las entrevistas. Ambas actividades sacan a la luz ideas y reflexiones que de otra manera no surgirían. Escribir no solo organiza tus pensamientos, sino que también te permite profundizar en temas que te apasionan. Es un proceso que te permite ganar claridad mental. Participar en entrevistas con un diálogo potente es otra herramienta poderosa. Las preguntas acertadas y la conversación fluida te llevan a explorar perspectivas nuevas y a articular ideas de una manera diferencial y única. Esta entrevista con Alfonso Prim es un claro ejemplo de cómo una buena conversación puede sacar lo mejor de ti. La combinación de escribir y participar en entrevistas es invaluable para cualquier profesional. Te animo a que explores ambas prácticas y descubras cómo pueden transformar tu manera de pensar y comunicarte. Escúchalo en Apple Podcast – Escúchalo en Spotify
No podemos coincidir más con la reflexión de HBR. Aunque unas buenas oficinas, clases de pilates y café gratis son beneficios apreciados, no son la solución a los problemas de falta de tiempo y estrés de los equipos. Para abordar estos desafíos, necesitamos actuar desde algo mucho más potente: 1. Conciencia y autoanálisis: Ayudar a las personas a que tomen conciencia de cómo se organizan mediante ejercicios de autoanálisis de sus formas de trabajo. 2. Formación efectiva: Capacitar a los equipos para aprender a trabajar mejor, no más, utilizando métodos y formas de trabajo efectivas. 3. Prácticas compartidas: Crear una serie de prácticas compartidas que faciliten la efectividad individual y grupal. 4. Cultura de hábitos productivos: Establecer una cultura de hábitos de trabajo productivos que perduren en el tiempo y no sean modas pasajeras. 5. Liderazgo ejemplar: Comenzar desde el comité de dirección para que sean un ejemplo y acompañen en el proceso de difusión de estas nuevas formas de trabajo. Transformar la manera en que trabajamos no solo aumenta la productividad, sino que también mejora el bienestar y satisfacción de todo el equipo.